» Emperador Lee Gon.
Aún tengo grabada en mi memoria el día en que mi mundo se derrumbó. El día en que asesinaron a mi padre y también fue el día en que intentaron matarme.
La cicatriz en mi cuello me recuerda a diario lo que perdí y tam...
Lee Gon y Jo Yeong entraron juntos al hotel en un incómodo silencio.
Uno de ellos estaba confundido, pero tenía ansias de seguir adelante y descubrir que era lo que realmente estaba empezando a sentir. En cambio, el otro no entendía que era lo que estaba pasando, siempre ha tenido un explícito control sobre sí mismo, pero parece que está llegando a su límite. Ocultar sus sentimientos era cada vez más difícil y las acciones de Lee Gon están haciendo que él no pueda mantenerse neutro.
Jo Yeong se siente como un gato acorralado por un perro grande.
Cuando subieron al ascensor, ambos sentían que el aire estaba demasiado cargado.
Jo Yeong se colocó al fondo, lo más lejos posible, mientras que Lee Gon se mantuvo parado frente a la puerta dándole la espalda.
Lee Gon se moría por hablar con Jo Yeong, pero por primera vez en su vida se encontró sin tener las palabras correctas para empezar una conversación. Estaba en una encrucijada. No quería incomodarlo pero quería saber que era lo que les estaba pasando.
¡Eran amigos! ¡Joder! ¡No debería ser tan difícil!
El ascensor se detuvo y se abrió la puerta. Caminaron por el pasillo que los llevaría a la Suite Presidencial.
Jo Yeong tenía las llaves. Las llevaba fuertemente apretadas en su mano derecha mientras seguía a Lee Gon. Al llegar a la puerta de la suite, Lee Gon se puso a un lado para dejar que Jo Yeong la abriera.
Jo Yeong podía sentir el peso de la mirada penetrante de Lee Gon. Sus orejas estaban enrojecidas pero se mantuvo sin mostrar ningún cambio.
¡Deja de mirarme!
Jo Yeong estaba exasperado.
Abrió la puerta y entró rápidamente en la suite. Lo que encontró fue una gran sala de estar con ventanales que iban desde el suelo hasta el techo, tenían una maravillosa vista al mar. Jo Yeong Revisó cada rincón del espacio, comprobando que todo era seguro para el Rey.
La suite tenía dos habitaciones, una más grande que la otra y tenía una lujosa cocina con una elegante mesa de comedor.
"El lugar está limpio".
Dijo Jo Yeong entrando a la sala principal para encontrarse a Lee Gon cómodamente recostado en el gran sofá de cuero blanco con los brazos extendidos y ojos cerrados.
Lee Gon escuchó a Jo Yeong entrar pero se mantuvo en la misma posición mientras pensaba como debía abordar el tema que lo tenía de cabeza.
Jo Yeong al ver que él no le iba a responder se giró para ir al baño. Necesitaba un momento para alejarse y poner en orden sus sentimientos.
"Yeong, tenemos que hablar".
Jo Yeong se congeló cuando escuchó las serias palabras de Lee Gon. Detuvo sus pasos, con un poco de valor volvió a mirarlo y vio que él aún se mantenía con los ojos cerrados en el sofá.
¿Hablar? ¿De qué quiere hablar? ¿De mí?
"Ven, siéntate. Ya no puedo soportarlo más". Lee Gon se sentó derecho en el sofá y miró a Jo Yeong con seriedad.
Al escuchar ésto, Jo Yeong de verdad sentía que se acercaba el final.
¿Que voy a hacer? ¿Que voy a decir?
Jo Yeong se sentía perdido. Sentía que su mundo acababa de detenerse para luego explotar en mil pedazos.
Lee Gon ... ¿Me vas a odiar?
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