༺𝓒𝓾𝓽𝓮 𝓑𝓸𝔂༻ 𝓪𝓭𝓪𝓹𝓽𝓪𝓬𝓲𝓸́𝓷 (PAUSADA)

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Capitulo anteriormente subido: jul, 21, 2020

CAPITULO 4

Ambos jóvenes caminaban por el pavimento tomados de la mano, regresando a la casa del castaño. Después de ese repentino beso que Joaquín le había dado, Emilio no hizo más que sonreír con incomodidad y levantarse de inmediato diciéndole al pequeño que tenían que volver a casa porque tenía cosas que hacer. Claramente había mentido, ese beso lo había totalmente shockeado que ni siquiera había cruzado una palabra más con Joaquín desde que salieron del parque.

Joaquín notó aquel semblante tan serio de su amigo mientras caminaban, se preguntaba si eso se debía a aquel beso que le había robado. Pero él no lo había hecho con malas intenciones, simplemente lo hizo para que Emilio dejara de estar enojado por culpa de aquella niña rubia que le había coqueteado.

-E-Emi... -La voz de Joaquín titubeo un poco y se escuchó muy bajita que dudo que Emilio lo hubiera escuchado, solo que no se sentía cómodo en aquel momento como para hablarle.

-Emilio... -Esta vez dijo su nombre en un tono más alto y zarandeo su brazo para que lo mirara. Emilio no tuvo de otra que hacerle caso.

- ¿Qué paso? -Habló por fin, mirándolo e intentando aparentar que estaba tranquilo.

- ¿Me cargas? -Pidió Joaquín con ojitos tristes y su boca curvada un poco hacia abajo- por favor, Emilio ¿Sí?

Joaquín se zafó de su mano y detuvo sus pasos haciendo que Emilio también se detuviera. Estiro sus bracitos, esperando a que Emilio lo cargara como siempre lo hacía.

Emilio no podía negarse a las acciones que Joaquín le mostraba. La ternura que Joaquín poseía era tan fuerte que no podía evitar enamorarse cada vez más de ese pedacito de niño tan hermoso y acceder a lo que le pedía. Simplemente era inevitable no caer ante él.

Emilio lo elevó, cargándolo y haciéndolo sonreír. Joaquín rodeó sus piernas alrededor de Emilio y lo abrazo por el cuello, recargando su mejilla en el hombro del contrario, dándole a la vista el perfil de su cara.

En el camino no hablaron ni una sola palabra, simplemente el pelinegro se dedicaba a seguir con su vista al frente, siguiendo el camino y sintiendo la respiración del pequeño chocar en su cuello, poniéndolo más nervioso de lo que pensaba.

Al llegar, Emilio volvió a poner a Joaquín, el cuál camino un poco hasta acercarse a la puerta de su casa para entrar. Pero antes de que lo hiciera, se giró y miro a su amigo, viendo que se alejaba para tomar el camino a su casa.

- ¡Emilio! -Gritó haciendo que Emilio volteara de inmediato- ¿Mañana puedo ir a tu casa?

Emilio solo asintió con una sonrisa y giro nuevamente, retomando su camino Joaquín no pudo decir nada más. Se sentía triste en aquel momento, supo que Emilio estaba enojado por lo que había hecho en el parque y no pudo contener una lágrima se escapara por toda su mejilla. Joaquín era sensible y frágil, no le gustaba que las personas que más quería se enojaran con él.

Entro a su casa después de unos segundos y escucho todo silencioso, suponiendo que su mamá aún no llegaba del trabajo, pero por si las dudas, decidió preguntar por ella a la nada.

- ¿Mami?

Pregunto con voz triste y limpio sus mejillas mojadas con sus manitas. Su madre en efecto no estaba y en parte se sintió aliviado de que así fuera, así no le preguntaría porque había estado llorando.

Camino hasta la cocina y abrió el refrigerador, viendo que su madre había comprado un paquete completo de Danoninos de fresa que tanto le gustaban. Se hubiera puesto feliz de solo ver esa sorpresa en el refri, pero no tenía ánimos de sonreír si Emilio estaba enojado con él. Así que simplemente tomó uno y lo abrió, lamiendo el papelito que lo mantenía sellado y tirándolo en la basura. Decidió comérselo sin cuchara y corrió hacia su habitación, encerrándose y arrepintiéndose de haber besado sin permiso a su amigo.