༺𝓒𝓾𝓽𝓮 𝓑𝓸𝔂༻ 𝓪𝓭𝓪𝓹𝓽𝓪𝓬𝓲𝓸́𝓷 (PAUSADA)

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Capitulo anteriormente subido: jul, 21, 2020

CAPITULO 3

Joaquín sostenía una cajita de jugo de manzana entre sus manos, bebiendo del pequeño pipote de este. Se encontraba sentado en las escaleras que daban a la entrada de su casa, esperando a que Emilio apareciera para que lo llevara al parque a jugar ya que el rizado le había dicho que lo llevaría cuando saliera de la escuela.

Mordió el plástico del pipote y miro hacia la dirección donde tendría que aparecer su mejor amigo. A los pocos minutos, visualizo la silueta de Emilio a unos metros y sonrió emocionado levantándose de su lugar, corriendo en dirección a Emilio. Hace tres días que no lo veía.

— ¡Emi! -Gritó el pequeño con alegría mientras seguía corriendo rápidamente para alcanzarlo.

Emilio sonrió por verlo correr con suma felicidad hacia él y abrió sus brazos para recibir al castaño en un abrazo, pero lo que no se esperaba era que Joaquín diera un salto para que lo cargara como a un niño pequeño.

El pelinegro se tambaleo un poco hacia atrás, pero pudo equilibrarse ya con Joaquín en sus brazos y las piernas del lindo castaño alrededor de sus caderas. Joaquín beso la mejilla de Emilio y sonrió mostrando todos sus dientitos al separarse.

— Te extrañé mucho, Emi -susurró jugando con el pipote de jugo entre sus dientes.

Emilio no podía borrar la sonrisa de sus labios. Joaquín era alguien tan lindo y tierno que con él nunca dejaba de sonreír, siempre se sentía tan feliz cuándo pasaba sus tardes con el pequeño.

— Nos vimos hace tres días Joaco -Dijo acariciando su mejilla rojiza.

-Sí, pero... no me gusta estar mucho tiempo alejado de ti.

— ¿Ni siquiera tres días?

— ¡No, eso es mucho!

Joaquín hizo un pequeño puchero y abrazo a Emilio por el cuello manteniendo su barbilla recargada en el hombro de su jugo de manzana haciendo sonoros ruidos con el pipote dentro del contenido. Emilio suspiro enternecido por el acto y no pudo evitar dar un corto beso en la cabellera de Joaco, el cual no le importo aquella acción. Le gustaba cuando Emilio le daba besitos sin razón alguna.

Emilio caminos hasta el parque que quedaba a cuatro cuadras de la casa del castaño, aún con el pequeño aferrado a él mientras cantaba una canción que había escuchado en un programa de televisión para niños y le había gustado mucho.

Cuando llegaron, Joaquín se enderezó y sus ojos fueron a parar a los columpios, viendo que estos estaban desocupados. Rápidamente se removió de los brazos de Emilio para que lo bajara, él cuál lo hizo dejando libre al adorable niño que corrió en dirección a los columpios.

— ¡Ven, Emi! ¡Empújame! – Gritó sentándose en el asiento del columpio, sosteniéndose de las cadenas a sus lados para no caerse. La cajita de su jugo la había dejado en la tierra de suelo a un lado de él bajo sus pies.

Emilio se acercó, deteniéndose detrás de él. Sostuvo a Joaquín de su pequeño torso elevándolo hacía atrás para impulsarle y lo empujo levemente cuando estuvo seguro de que Joaquín no se fuera a caer.

— ¡Más fuerte, Emi! -Exclamó con la energía recorriendo su cuerpo, queriendo más velocidad en el aire. Emilio decidió aumentar su fuerza y empujarlo un poco más fuerte, pero no tanta como para que ocurriera un accidente - ¡Siii! -Gritó una vez más al sentir que se elevaba más alto.

Emilio río al ver la actitud que Joaquín poseía. A pesar de que ya tuviera 15 años recién cumplidos, parecía un niño de cinco con sus acciones y su forma de expresarse. Emilio dudo de que Joaquín tuviera pensamientos inapropiados como un niño de su edad normalmente tendría. El castaño era muy inocente para pensar en cosas malas, no era algo propio de él ser como los demás niños de su edad.