༺𝓒𝓾𝓽𝓮 𝓑𝓸𝔂༻ 𝓪𝓭𝓪𝓹𝓽𝓪𝓬𝓲𝓸́𝓷 (PAUSADA)

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Capitulo subido anteriormente: may, 08, 2020

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CAPITULO 33

El cuerpo de Joaquín estaba reaccionando de la misma forma que horas antes de escaparse de casa. La sensación le recorría su bajo vientre y cada vez era más persistente mientras sostenía con fuerza su celular en la mano, esperando por el mensaje que le indicaría ir a la habitación de Emilio.

Ya había pasado todo. Ya se había rendido ¿Por qué Emilio tuvo que mandarle aquel mensaje? ¿Por qué tuvo que hacerlo? Eso sólo provocó que su necesidad de sentir al menos un poco de aquello, apareciera nuevamente. Y en aquel instante, retorciendo sus pies en pequeños movimientos y suspiros pesados expulsados de su boca, lo ponían más ansioso.

Necesitaba hablar con Emilio ahora. Iría a su habitación en el momento que se le indicará y le diría lo que le estaba sucediendo. Posiblemente su novio tendría la explicación y le ayudaría a resolverlo. Emilio siempre sabía como solucionar sus problemas.

Joaquín encendió la pantalla y entrecerró sus ojos ante el molesto brillo cegador. Faltaban veinte minutos para las cinco. Se hacia cada vez más tarde, poco tiempo para el amanecer y él cargándose un insomnio por culpa de esos tortuosos vídeos ¿satisfactorios? No sabía si esa era la palabra correcta para definirlos.

Dios, en verdad nunca debió haberle hecho caso a su primo la primera vez que hablaron de eso en su habitación. Desde ese momento debió haber salido antes de caer en la tentación de saber más.

El celular resbaló de sus manos al suelo cuando vibró, golpeando en seco. Apretó sus ojos ante el sonido y deseo con todas sus fuerzas que no se haya escuchado tan fuertemente que la madre del pelinegro haya sido capaz de escuchar. Rápidamente se levantó de la cama, lo recogió y con el corazón en la boca, lo desbloqueo para abrir el mensaje.

Mailo
Ya puedes venir

Sólo ese mensaje provocó que las sensaciones en su bajo vientre se intensificaran. No lo dudo. Con rapidez se colocó sus tenis y gorro. Abrió la puerta con mucho -demasiado- cuidado, sacó su cabeza por la abertura de esta y sólo para estar seguro, verificó que no hubiera nadie, en este caso, Niurka. Un suspiro tembloroso salió de lo más profundo de su pecho. Tenía miedo y no de que lo descubrieran yendo a la habitación de Emilio, sino lo que pudiera ocurrir ya estando allí.

Salió, cerrando la puerta tras de si con el mismo cuidado en la que la abrió. Mordió su labio inferior con fuerza mientras comenzó a dar los primeros pasos. Sus manitas comenzaron a sudar entre cada movimiento. Sentía que cualquier mínimo sonido ya tendría a la madre de Emilio frente a él. Incluso aguantó la respiración en cuanto pasó frente a la puerta de la habitación de Niurka.

Y sólo cuando tocó el pomo de la puerta que sería su destino, pudo respirar y regresar a la normalidad. O eso creía. Porque claramente no se tranquilizaría ahora que giró el pomo y dejó un pequeño pero estable espacio para que su cuerpo cupiera. Emilio estaba cubierto hasta el cuello con una simple sábana, la cobija que hace un rato tenía ya no estaba.