DIECIOCHO

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— ¿Taylor?— esa chica parecía loca con esa cara.— Estoy esperando una respuesta. ¿Qué hacías abrazando a ésta?

Carraspeo llevándome el puño a la boca. —"Ésta" tiene nombre si no te molesta.  Y quisiera saber cómo sabes mi dirección.

— Me importa una carajo cómo te llamas, zorra. Y no te incumbe el cómo llegué aquí.

Mi cuerpo empezó a arder. Ya no iba aguantarla por mucho más tiempo y solo estaba decidiendo en mi cabeza si iba a darle un gancho o un golpe frontal a esa perfecta cara.

— Pero a mí sí me incumbe, Vanessa— de pronto entre mis pensamientos homicidas escuché la voz de Taylor.— ¿Cómo sabías dónde estaba?

— No lo sé... intuición. Eres mi novio.

Qué estupidez. ¿Intuición? ¿Enserio? Ni que fuera Jean Grey para tener superpoderes. Creo que era muy evidente lo que realmente estaba sucediendo y supuse que Taylor lo iba a notar también...

—Enséñame tu teléfono— de pronto Taylor parecía muy enojado. Extendió su mano hacia su novia y Vanessa comenzaba a mostrárse nerviosa.

— ¿P-para qué lo quieres?

—Para asegurarme que no estés rastreando mi teléfono.

Pelos de Elote ya no parecía tan amenazante como antes...

— Okey, sí. Te rastreé, lo admito. Pero era la única forma de asegurarme que no ibas a engañarme con nadie mientras yo no estaba contigo.

— Qué carajos... ¡¿Qué pasa contigo, Vanessa?!

De pronto sentía que esa pelea no me incluía a mí...

— Yo me voy... —comenzaba a caminar hacía la puerta de mi casa cuando siento una mano tomar mi muñeca.

—Oh no, tú no te vas de aquí hasta que me digas qué hacías abrazando a mi novio, zorra.

Me suelto bruscamente del agarre de la mano de Vanessa y la encaro. Mi sangre hierve.

—Dime zorra una vez más y lo vas a lamentar.

— Ya basta, es suficiente.— Taylor nos detuvo— Fue mi culpa, ¿ok? Yo la abracé. Deja de insultarla.

Aparté la vista de la chica con la que estaba cara a cara y volteo a ver al chico a lado mío muy confundida.

"¿Por qué me defiende?".

— Si vas a defenderla, entonces explícame tú por qué la abrazabas— aunque Vanessa estaba hablando, yo no dejaba de ver a Taylor pues seguí cuestionándome lo mismo una y otra vez en mi mente. De pronto... — Y tú, deja de mirar así a mi novio— salgo de mi trance.

De pronto decidí calmarme e intentar razonar las cosas para poder solucionar aquel caos.

— Mira, Vane. Yo...

— Vanessa para tí— dijo interrumpiéndome.

—Okey... Mira, Vanessa. Yo lamento lo que acabas de ver, ¿sí? Taylor solo es mi amigo...— ¿Por qué de pronto siento que Taylor me mira? Volteo a verlo y en su rostro se dibuja un gesto triste. Aparto la mirada y continúo hablando con Pelos de Elote— mi mejor amigo, de hecho. Acabo de pasar por una situación un tanto difícil y él sólo quiso ayudarme así que no debes preocuparte. Entre nosotros no pasa nada...— Aunque eso no es del todo cierto y la mirada decaída de Taylor también lo confirma. Puedo asegurar que ambos pensábamos en la escena que ocurrió en mi habitación...

Vanessa no dejaba de mirarme, me sentía desnuda frente a ella pues no dejaba de recorrerme con su penetrante y odiosa mirada.

— Taylor, vámonos— replicó aquella chica con tono demandante. Volteo a ver al chico parada a lado de mí pero simplemente no se movía. —¿Taylor? Dije que nos vay...

— Sí, te escuché, pero no voy a ir a ningún lado hasta que te disculpes con Evolet por todo lo que le dijiste.

Vanessa resopla enfadada.— Es una broma, ¿verdad? Yo no me voy a disculpar con... ¿Cómo era? ¿Evolet? Prefiero morir antes que disculparme con ella.

— Bueno, entonces no iremos a ningún lado.— Taylor cruzó los brazos en señal de poder.

— Bien, lo siento. Ya vámonos.— Vanessa se dió la vuelta y comenzó a alejarse.

Eso no sonó para nada sincero pero no me quedó de otra más que resignarme a aceptar sus falsas disculpas.

Taylor me mira y mete sus manos a los bolsillos de su sudadera. —Evolet, yo...

— Deberías ir. Se está alejando y no es seguro para ella estar sola a éstas horas de la noche.

Bajó la cabeza. —Lo siento...— y solo se fue hacía dónde había ido Vanessa.

Yo me quedé ahí parada como tonta tratando de no llorar pues el chico al que amaba se alejaba de mí tras de su novia.

Por un momento, comencé a sentir que estaba perdiendo a Taylor.

Pero no tenía ni idea de lo que me esperaba después...

Se Suponía...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora