El Bosque Prohibido

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Habían pasado dos días desde el ataque de la serpiente, según el profesor Snape, afortunadamente no fue muy grave pero tardará en recuperarse, pero aún así puede asistir a la clase y usar su brazo, pero no puede cargar nada pesado.

Se ha estado investigando y revisaron a todos los alumnos que tenían una serpiente de mascota pero comprobaron que ninguno fue el que atacó a Malfoy y ya no hubo más ataques.

Una mañana, llegaron notas para Harry, Alice y Neville, en la mesa del desayuno. Eran todas iguales.

Su castigo tendrá lugar a las once de la noche.

El señor Filch los esperara en el vestíbulo de entrada.

Prof M. McGonagall


En medio del furor que sentía por los puntos perdidos, Alice había olvidado que todavía les quedaban los castigos. Al igual que Harry, sentía que se merecían lo que les tocará.

A las once de aquella noche, se despidieron de Ron y Hermione en la sala común y bajaron al vestíbulo de entrada con Neville, Hermione se aseguro de que Alice no olvidará su varita por si acaso. Filch ya estaba allí y también Malfoy. No creían que Malfoy seguiría condenado al castigo después del ataque.

Escuchan unos pasos y miran a Jayden acercarse a ellos con su misma expresión tranquila e indiferente,

-¿Jayden?-preguntó Harry sorprendido

-Jayden, ¿Qué haces aquí?- pregunto Alice sorprendida y confundida

-Ayer a estas horas un prefecto la vio desde la ventana saliendo del bosque prohibido así que también los acompañará en el castigo. Síganme -dijo Filch, encendiendo un farol y conduciendolos hacia fuera-. Seguro que lo pensarán dos veces antes de faltar a otra regla de la escuela, ¿verdad? -dijo, mirándolos con aire burlón- Oh, sí... trabajo duro y dolor son los mejores maestros, si quieren mi opinión... es una lástima que hayan abandonado los viejos castigos... colgarlos de las muñecas, del techo, unos pocos días. Yo todavía tengo las cadenas en mi oficina, las mantengo engrasadas por si alguna vez se necesitan... Bien, allá vamos, y no piensen en escapar, porque será peor para vosotros si lo hacen

Marcharon cruzando el oscuro parque. Neville comenzó a respirar con dificultad. Alice temblaba de miedo y Harry se preguntó cuál sería el castigo que les esperaba. Debía de ser algo verdaderamente horrible, o Filch no estaría tan contento.

-Si quieres aplicar ese castigo creo que los chismosos les hace falta eso-dijo Jayden viendo a Malfoy

-¡Yo no soy chismoso!-gritó Malfoy molesto- Y mejor respe...- no termina de hablar ante la fría mirada de Jayden- No, no te me acerques-alejándose de ella

La luna brillaba, pero las nubes la tapaban, dejándolos en la oscuridad.

Delante, Harry pudo ver las ventanas iluminadas de la cabaña de Hagrid.

Entonces oyeron un grito lejano.

-¿Eres tú, Filch? Date prisa, quiero empezar de una vez.

El corazón de Harry se animó: si iban a estar con Hagrid, no podía ser tan malo. Su alivio debió aparecer en su cara, porque Filch dijo:

-Supongo que crees que vas a divertirte con ese papanatas, ¿no? Bueno, piénsalo mejor, muchacho... es al bosque adonde irán y mucho me habré equivocado si volverán todos enteros.

Al oír aquello, Neville dejó escapar un gemido y Malfoy se detuvo de golpe.

-¿El bosque? -repitió, y no parecía tan indiferente como de costumbre- Hay toda clase de cosas allí... dicen que hay hombres lobo.

Alice y la Piedra FilosofalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora