El Nacimiento del Ridgeback Noruego

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Las semanas que siguieron se fue poniendo cada vez más delgado y pálido, pero no parecía que su voluntad hubiera cedido. Cada vez que pasaban por el pasillo del tercer piso, los cuatro apoyaban las orejas contra la puerta, para ver si Fluffy estaba gruñendo, allí dentro.

Además también trataban de animar al profesor Quirrell para darle ánimo.

Aunque, Hermione, sin embargo, tenía en su mente otras cosas, además de la Piedra Filosofal. Había comenzado a hacer horarios para repasar y a subrayar con diferentes colores sus apuntes, Evie ayudaba a Alice a repasar y le hacía resúmenes para que pudiese estudiar. A Harry y Ron eso no les habría importado, pero los fastidiaba todo el tiempo para que hicieran lo mismo.

-Chicas, aun faltan siglos para los exámenes.

-Díselo a Evie-dijo Alice cruzando los brazos

-Diez semanas -replicó Hermione-. Eso no son siglos, es un segundo para Nicolás Flamel.

-Pero nosotros no tenemos seiscientos años -le recordó Ron-. De todos modos, ¿para qué repasas si ya te lo sabes todo?

-¿Que para qué estoy repasando? ¿Estás loco? ¿Te has dado cuenta de que tenemos que pasar estos exámenes para entrar en segundo año?

-Hermione tiene razón, son muy importantes-dijo Alice revisando sus apuntes.

-Tendría que haber empezado a estudiar hace un mes, no sé lo que me pasó...-dijo Hermione desesperada

Pero desgraciadamente, los profesores parecían pensar lo mismo que Hermione. Les dieron tantos deberes que las vacaciones de Pascua no resultaron tan divertidas como las de Navidad. Era difícil relajarse con Hermione al lado, recitando los doce usos de la sangre de dragón o practicando movimientos con la varita. Quejándose y bostezando, Alice, Harry y Ron pasaban la mayor parte de su tiempo libre en la biblioteca con ella, tratando de hacer todo el trabajo suplementario.

-Nunca podré acordarme de esto -estalló Ron una tarde, arrojando la pluma y mirando por la ventana de la biblioteca con nostalgia. Era realmente el primer día bueno desde hacía meses. El cielo era claro, y las nomeolvides azules y el aire anunciaban el verano.

-Que hermoso dia, como desearía volar un papalote-dijo Alice mientras veía la ventana

-¿Que es un papalote?- preguntó Ron, volteando a verla

-Bromeas ¿Verdad?-pregunto incrédula y mira a Harry- ¿Que haces?

-Busco díctamo, pero no lo encuentro-dijo Harry sin despegar sus ojos del libro

-Creo que yo lo encontré hace unos días, ¿Puedo?

Harry asiente y le entrega el libro, Alice comienza a buscarlo

-¡Hagrid! ¿Qué estás haciendo en la biblioteca?-preguntó Ron entre una mezcla de sorpresa y confusión, no era muy común verlo en la biblioteca

Hagrid apareció con aire desmañado, escondiendo algo detrás de la espalda. Parecía muy fuera de lugar; con su abrigo de piel de topo.

-Estaba mirando -dijo con una voz evasiva que les llamó la atención-. ¿Y ustedes qué hacen? -De pronto pareció sospechar algo- No estarán buscando todavía a Nicolás Flamel, ¿no?

-Oh, lo encontramos hace siglos -dijo Ron con aire grandilocuente

-Y también sabemos lo que custodia el perro, es la Piedra Fi...-Alice no termina de hablar ya que Hagrid la calla

-¡¡Shhh!! -Hagrid miró alrededor para ver si alguien los escuchaba-. No pueden ir por ahí diciéndolo a gritos. ¿Que les pasa?

-En realidad, hay unas pocas cosas que queremos preguntarte -dijo Harry- sobre qué cosas más custodian la Piedra, además de Fluffy...

Alice y la Piedra FilosofalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora