Quien esta tras la Piedra es...

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Después de un rato corriendo, se acercan a la habitación del trol y Alice se detiene y voltea a ver tras de ella pensando en Harry.

-¡Alice!-gritó Hermione deteniéndose en la puerta- ¡Alice debemos apurarnos!

Alice cierra los ojos, no podía, definitivamente no podía dejar a Harry solo. Su varita sonó una melodía diferente

-Voy a regresar- dándose la vuelta

-¡No Alice!- Hermione la agarra del brazos-es muy arriesgado

-No puedo dejar a Harry solo, Hermione, se trata de Voldemort-dijo soltándose y Hermione retrocede- y no entiendo como Harry sobrevivió hace años-volteando a verla-pero te juro que no me creo que un bebe haya podido eliminar a ese sujeto. Además, no podemos asegurar de que esta vez lo logré, apenas sabemos hacer unos cuantos hechizos

Hermione la mira asustada, sabía que ella tenía razón pero no sabía qué hacer.

-Alice...

-Vuelve Hermione, ve por ayuda-dijo regresando

-¡ALICE!- grita al ver a su amiga alejarse, aunque sabía que Harry es muy importante para ella, pero ahora lo confirmo que Alice es capaz de arriesgarse por él- ten cuidado

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Alice corrió y se detuvo de nuevo en el salón frente a las botellas de pociones, justo como la encontró hace rato con los demás, pasó por el umbral y de inmediato un fuego púrpura se encendió detrás de ellos. Al mismo tiempo, llamas negras se encendieron delante

-Ok, aquí vamos de nuevo-tomando el rollo de papel, que estaba cerca de las botellas-¡Genial, es la misma!-sonriendo.

Cogió la más pequeña de las botellas. Se enfrentó a las llamas negras, en el momento que su varita comenzó a sonar.

-Vaya momento para advertir... pero no importa, allá voy -dijo, y se bebió el contenido de un trago.

Era realmente como si tragara hielo. Dejó la botella y fue hacia delante. Se dio ánimo al ver que las llamas negras lamían su cuerpo pero no lo quemaban.

Durante un momento no pudo ver más que fuego oscuro. Luego se encontró al otro lado, en la última habitación.

Ahí estaba Harry y otra persona más, pero no era Snape, era Quirrell.

-Vaya, vaya, parece que no estamos solos-dijo Quirrell. Su rostro no tenía ni sombra del tic.

Harry voltea a verla, la miraba con una mezcla de enojo y horror ya que ella había regresado a pesar que le pidió que se fuera. Pero Alice no le prestaba atención, estaba en shock de ver a Quirrell ahi sin expresión alguna de baja autoestima, tic ni nada, solo un Quirrell bastante diferente.

-¡Usted! -exclamó Alice-No... no puede ser, Snape, él debería...-extremadamente confundida

-¿Severus? -Quirrell rió, y no fue con su habitual sonido tembloroso y entrecortado, sino con una risa fría y aguda- Sí, Severus parecía ser el indicado, ¿no? Fue muy útil tenerlo dando vueltas como un murciélago enorme. Al lado de él ¿quién iba a sospechar del po-pobre tar-tamudo p-profesor Quirrell?

Al igual que Harry, Alice no podía aceptarlo. Aquello no podía ser verdad, no podía ser.

-Pero Snape trató de matarme-dijo Harry muy confundido

-No, no, no. Yo traté de matarte-dijo con furia, Harry y Alice abrieron los ojos aun mas- Su amiga, la señorita Granger, accidentalmente me atropelló cuando corría a prenderle fuego a Snape, en ese partido de quidditch. Y rompió el contacto visual que yo tenía contigo. Unos segundos más y te habría hecho caer de esa escoba. Y ya lo habría conseguido, si Snape no hubiera estado murmurando un contramaleficio, tratando de salvarte, Potter.

Alice y la Piedra FilosofalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora