Recapitulemos un poco lo que paso entre ayer y hoy: Luego de salir del consultorio fui a buscar las pastillas en la primera farmacia que me encontré, para mi suerte eran baratas, pero no tenía ni un centavo en aquel momento. Lo primero que se me ocurrió fue hablar con Clyde y buscar por algún favor rápido o préstamo que me ayudara a conseguir dinero y salir del paso, mas sin embargo no hubo necesidad en ese momento, Clyde me presto el dinero tan pronto como le explique que eran para unas medicinas.
"La salud es más importante que el dinero, Lincoln.... Aunque intenta devolvérmelo cuando puedas, estoy ahorrando para tener mi propia bicicleta," fueron sus palabras.
Al tener el dinero corrí lo más rápido que pude de vuelta a la farmacia a comprar las pastillas. Y todo hubiese terminado allí, pero la mirada que me dio la chica en la caja cuando me vio comprando eso...
Es la razón por la que ahora estoy dudando tanto tomármelas.
Era una mirada de extrañes unida con asco, como si no se esperaba verme comprando eso, tal vez sea por lo que la doctora dijo, que esta medicina era muy fuerte...
"Lo que me recuerda," tomé la pastilla y la rompí en cuatro pedazos usando mis dientes. "Me inquieta un poco que podrá hacerme esta cosa... bueno, una sola dosis tampoco debería lastimarme, si veo que algo va mal lo dejare de inmediato."
Me tragué la pastilla y me acosté en la cama un rato. Aún eran las seis de la mañana, lo que me daba un tiempo para descansar y dejar que la medicina hiciera su efecto.
"¿Para qué son esas pastillas?"
Me sobresalté tan rápidamente ante el terror que produce mi hermana al aparecer de la nada que fui incapaz de darle voz al grito que solté. Lo que hizo mi augurio sonar como el respiro de un fantasma.
"Lincoln, me encanta como logras evocar la esencia de los muertos, pero no cambies el tema."
"Yo-" mi respiración me fallaba así que pausé por un momento para tomar aire, "santos cielos, Lucy me vas a matar un día de estos..."
"Me asegurare de acompañarte a la otra vida si llegas a perecer por mi culpa."
La miré con el ceño fruncido, "me basta con que dejes de asustarme así," dije antes de fijarme en la puerta detrás de ella, el seguro aún estaba puesto, "¿Y cómo diablos entraste?" pregunté, fijándome nuevamente en ella y dándome cuenta entonces de la ausencia de sus pantalones, "no, espera, más importante, ¿dónde está el resto de tu pijama?"
"Tengo mis métodos para moverme por la noche..." respondió mientras que sus manos lentamente jalaron de su blusa, "y esto... bueno, me siento más cómoda contigo así."
Sus panties a plena vista, un purpura que brillaba en la oscuridad de mi habitación y que me cegaba del resto del mundo, literalmente era incapaz de enfocarme. Como si algo más se apoderara de mis sentidos al ver expuesto el cuerpo de mis hermanas.
Dentro del trance no podía asimilar mis idea, pero sabía de antemano que, me gustase o no, iba a terminar disfrutando de lo que hiciera... eso era lo que más temía...
Pero...
Esta vez era distinto, y mientras sentía como mi mano era acariciada y como mi cuerpo se movía de vuelta a la cama, pude notar que mis sentidos no estaban tan atrofiados como en las veces anteriores.
Al sentarme perdí visión de las prendas que me encadenaban y poco a poco empecé a notar el resto del panorama. Lucy estaba encima de mí, su camisa estaba en el suelo y sus pechos firmes al descubierto.
"¿Lucy que haces?" pregunté, acto que detuvo a mi hermana en seco. Su posición se encorvo y su cabeza se movió hacia un lado. Al no conseguir respuesta, volví a preguntar, "Te hice una pregunta, ¿Qué estabas haciendo?"
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Cuidando tus Impulsos
Misteri / ThrillerUna serie de anomalías han afectado a Lincoln, haciendo que su cuerpo reaccione de forma extraña ante sus hermanas y viceversa. Temeroso de lo que les pueda pasar si siguen alimentando ese impulso carnal, Lincoln Loud busca la ayuda de un profesiona...