Cuidando tus Impulsos

Paz

En frente de mí se encontraba una puerta doble de un color celeste degradado por el tiempo y el poco cuidado. Manchas de sangre seca decoraban las esquinas inferiores de las puertas y la base blanca que cubría las paredes del edificio.

A los alrededores, el resto de casas y edificios compartían el mismo aspecto añejo y polvoriento... toda lugar tiene sus sitios alejados de la civilización, y Royal Woods no era la excepción.

Di un paso al frente y me encaminé dentro del edificio, el recibidor solo tenía un puñado de sillas de plástico enfiladas que apuntaban hacia el centro de la sala, Donde por las marcas oscuras en la pared pude suponer hubo una vez un televisor montado.

Al final de la sala, en una pequeña habitación con una abertura en forma de arco, un chico leía un libro igual sino más grande que las enciclopedias de Lisa. Al acercarme noté que el chico llevaba una bata de médico y que sin importar cuanto agitara las manos en frente de él no lograba llamar su atención.

En serio me dan ganas de jugarle una broma... pero no, Lincoln, no es el momento.

"Buenos días," dije con un tono apacible.

El chico sin apuro y en total calma dejo el libro y se fijó en mí. "buenos días pequeño, mi nombre es Michael, me puedes llamar Mike. Te vez bastante sano, ¿en qué te puedo ayudar?"

Extraje de mi bolsillo la nota de la doctora, lo que produjo una sonrisa instantánea de parte del muchacho.

"Espera, no me digas, la doctora Clare, ¿verdad?" asentí ante su pregunta, y luego el añadió, "Esa mujer estaría en problemas de no ser porque este lugar siempre esta vacío... pero bueno, supongo que debería de aprender de ella."

Viré la cabeza hacia un lado en confusión, este chico parecía intentar decirme algo o tal vez-

"Oh, lo siento, me gusta hablar de más y termino diciendo lo que pienso... es un mal hábito que me gané por optar en hacer mi servicio comunitario acá," Dijo antes de producir un papel desde su escritorio y pasármelo, "Sigue el pasillo a la derecha de esta habitación y busca por el cuarto 3-B."

"Muchas gracias," solté sin más y luego me encamine hacia el consultorio.

Las paredes dentro del edificio se notaban estar mejor cuidadas, un color azul marino, de bajo tono, fácil de apreciar y que no cansaba la vista. Líneas de distintos colores guiaban el camino hacia la sala de emergencias, urgencias, baños, y otras que no entendí, solo eran siglas.

Hablando de cosas que no logre entender, al llegar a mi destino no pude evitar quedarme extrañado con el título enmarcado en la puerta:

Traumatismo: Dra. Clare.

Tampoco tenía una idea de lo que me iba a esperar, pero no me esperaba ver a la señorita Clare en una sala de urgencias tratando alguna herida grave de accidente. Bueno siendo honesto no me esperaría eso de ningún terapeuta.

Aunque la razón por la que me detuve no solo fue por eso, o por la forma hermosa en la que quedo el tallado, o por el frio extraño que me cubría, o porque no sabía que decir una vez pasara esa puerta.

Antes todo eso no me hubiese importado, antes no estaría absorto en mis pensamientos buscando una razón más para no dar un paso al frente. Lo que yacía al otro lado de la pared de concreto debería de brindarme esperanza y calma...

¿Por qué...? Me pregunté ¿Por qué tengo miedo de entrar allí?

Cual roedor asustado, dejé una estela blanca en mi camino de vuelta hacia la sala de espera. Nunca había caminado tan rápido en mi vida. Obviamente, mis suelas dejaron migajas que cualquiera podría notar.