37.El pasado no se puede borrar

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Altagracia

José Luis termina de bañarse y me ayuda un poco, cuando siento que mi cabeza no puede más, salimos del baño.

Me pongo una lencería negra acompañada de una bata, lo veo salir del supuesto closet con un pantaloneta y una camisa, se ve tann...

-¿volviendo a los viejos tiempos?- la abrazo

-sí- beso su mejilla- ya dejémonos de babosadas de pijamas, a veces todo me fastidia, un día de estos empezaré a dormir desnuda

-nada te lo impide

-claro que sí, con Victoria no hay privacidad, me la traen cuando se les da la gana, ¿volverás a dormir aquí verdad?

-por supuesto, tardaron una semana en dejarme la recámara como la quería y me mandas a una de huéspedes- me hago el dolido- no sabes cuanto sufrí

-río- para que te portes bien- acaricio su mejilla- ¿crees que deba ir con un médico?

-yo digo que esa prueba estaba vencida, insisto en que si estás embarazada

-vencida- río- yo también me siento como si lo estuviera pero dio una rayita y no creo que haya estado mala. Irene me dijo que estas cosas pasan, son las ansías

-estuve leyendo y no puedes entrar en ansiedad, te traería problemas de salud y sería más difícil que- me interrumpe

-deja de leer esas cosas y no quieras darme un diagnóstico improvisado- digo enojada- todo va estar bien, los dos hemos tenido hijos y no tenemos ningún problema- trato de convencerme a mí misma- dejemos que todo fluya con normalidad

-yo nomas decía- digo inocente- pero estás mas rellenita- reí

-alzó una ceja- no lo puedo creer- me paro

-la detengo- estás rellenita de amor- suelto una carcajada

-no es gracioso idiota, además yo no me veo gorda

-no lo estás, solo subiste unos kilitos- trato de no reír- eso te pasa por no acompañarme al gym

-¿en serio estoy gorda o estás de broma?

-no me hagas caso- beso su mejilla- ¿si sabes que día es hoy verdad?

-Ay no puede ser- digo nerviosa- ¿olvide su cumpleaños?

-río- no, pero por lo visto la salida si, ¿no que te irías unos días antes?

-que bueno que lo recuerdas- hago puchero- te voy a extrañar- me siento en sus piernas

-¿enserio te vas a llevar a Irene para que cuide a Victoria?- río

-es que pensé que Saul se iba a demorar más en su viaje y sé que doña Azucena la podía cuidar sin problema pero me siento más segura cuando él está

-pero ya llego, yo diría que te fueras sólo con Mónica

-arreglo sus cejas con mis dedos- me agrada que quieras a mis hijas- muerdo el lóbulo de su oreja- mi amor, ¿estás cansado?

-¿no que ibas a buscar a Mónica?

-ruedo los ojos- si no quieres, sólo dilo y ya- me paro

Salgo de la recámara ignorando sus quejas, me gusta hacer drama. Y aquí me tiene, basándome apasionadamente y pegada a la pared, no sé porque traigo tantas ganas, como un deseo insaciable.

Escucho pasos muy cerca y nos separamos bruscamente, arreglo mi bata y José Luis señala mis bragas, reí al verlas torcidas y un poco bajadas, las acomodo y cubro bien esa parte.

𝑬𝒍 𝑨𝒎𝒐𝒓 𝑵𝒐 𝑻𝒊𝒆𝒏𝒆 𝑬𝒔𝒄𝒂𝒑𝒆❣︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora