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Me había sentido bien, me encanta hacer enojar a mi juguete temporal. Es casi como un pasatiempo.
Es casi tan bueno como mi juguito de frutillas.
No tenía nada interesante que hacer, los preparativos del baile habían terminado. Decidí trabajar por lo menos el fin de semana.
Quería comprarme una pizza, no tenía ganas de cocinar.
Ahora había salido de este, tenía suerte de tener un auto, le compraría su alimento a Persé y mi cena.
No había sido tan mala idea venir a trabajar, conocí a la nueva recluta, es una chica bastante tonta a mi parecer.
Aunque... Eso no le quita lo linda, para mi, sería una presa bastante fácil.
Pero, no tengo ganas de salir con una chica, Wright no dejaría de reprocharme.
A veces, llega a ser más que molesto...
Como sea, por ahora me centraré en conseguir mi cena y la de mi cachorra...
Tal vez, estudié un poco, mañana hay parciales...
Nah, tengo el mejor puntaje de mi salón de clases, no necesito siquiera abrir el libro... Menos en mi especialidad, matemáticas.
[•••]
— ¡Toby! — Exclamó Emily por el teléfono.
Deje de tomar de mi jugo de fresa.
— Buenos días, pecesito — Dije de forma graciosa.
— ¿"Pecesito"? — Se preguntó, no todos los días alguien te llamaba así, lo entiendo.
— Tranquila, solo estaba jugando, bien.. ¿Qué pasa? No es propio de ti, llamar tan temprano — Emilia dejo escapar una risa incómoda, reí con ella.
— Ya tienes tu traje, ¿verdad? — Mi risa cesó — Eso lo responde... ¿Quieres ir a buscarlo más tarde? —.... Escuché mal... ¿Ella acaba de decir eso?
— Tampoco lo tienes.. ¿No es así? — Un silencio se formó entre ambos.
— Necesito un antifaz, mi vestido ya esta listo... Quiero una máscara con un soporte — Ah, ya entiendo.
— Como se esperaba de ti. ¿De que color será tu vestido? — Cuestione, para luego, darle otro sorbo a mi juguito.
— Magenta, tenía que buscar un color que contraste con el tuyo — Me gusta cuando su estilo de diseñadora, está con ella...
— Que linda, pensaste en mí... ¡Esta bien! Vayamos más tarde, luego del parcial de matemáticas — Emily rió, después de despidió — ¡Perséfone! A comer, princesa — Agregué, antes de terminar la frase, mi pequeña ya se encontraba ahí.
