¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—... Un asesino no asesino, déjame pensar.. — Ya habíamos terminado las compras, ambos veníamos disfrutando de un jugo de frutillas.
Y si, estábamos jugando a adivinanzas.
— Tómate todo el tiempo del mundo, linda mía — Emilia veía a una dirección concreta.
— ¡Shiota-Kun! — Había acertado, reí a su respuesta, yo simplemente lo llamaba por su nombre, dejando de lado los sinónimos.
— Si que tardaste, pero, estás en lo correcto — le dí una palmada a su cabeza, luego el sorbo de su bebida invadió mis oidos.
— Ah, realmente amo cuando estamos fuera de papel — ¿a dónde iba todo esto?
— No es normal que tú menciones eso, ¿qué pasó antes de vernos? — Podía jurar haber visto el como se había estremecido.
— N-No... Estoy bien — Eso había suficiente para convencerme que algo NO estaba bien.
— Wow, mira, casi me engañaste.. Si pudimos hablar de lo que realmente siento y si estoy, o no, listo para amar, tú puedes contarme si todo está en orden — Emily suspiró, apartó su mirada mientras tomaba lo poco de su jugo.
— Mi madre me contactó anoche — Lo sabía, si ella estaba tan decaída, era por esa horrible mujer.
— ¿Te dijo algo? ¿Puso más peso sobre tus hombros? — Asintió, solo.. No sabía cual de las dos era la indicada.
— Quería que regresará a casa, un par de revistas le pidieron fotos he información sobre mí, sin mencionar que "él" también estará ahí — Oh.... Él está involucrado.
— Tu madre realmente no tiene límites — Dije sin pensar.
— Si eso le trae dinero, no importa lo que le pidan.... — Respondió, pobre de ella, a veces, olvido todo lo que sufrió en casa.
— Ven aquí — Extendí mis brazos.
— ¿Qué haces? — Preguntó.
— Tú sólo acércate — Ella suspiró, luego se acercó — Esta bien, todo estará bien, ignora sus llamadas, es lo mismo que hago con Cody — Me pellizco por lo último.
— Entiendo tu odio hacía él, se que Cody tampoco planea disculparse... Pero, ¿no crees que esto ya duró demasiado? — Negué con la cabeza.
— Solo han pasado cuatro años, esperaría por lo menos una década, para recordarle lo mucho que su "amiguito" me lastimó — Emilia se revolco en mi pecho, me dio cosquillas.
— ¿Por qué no son normales? — Tenía razón.
— Tienes razón, aun que tú tampoco lo eres — Recibí un Pellizcon más fuerte.
Había válido la pena.
[•••]
— Nos vemos mañana, saluda a Perséfone por mí — Sonreí mientras me despedía.
