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Ambos dormían plácidamente en el sillón pues el cansancio y la comodidad los había vencido. Ella tenía su cabeza en el hombro de Finlandia, mientras que la cabeza de él yacía recargada en la de la menor.
¡Zap!
El relámpago despertó al europeo. Él aún adormilado miró su entorno, la película que comenzaron ya había terminado, de hecho, lo único salía en la pantalla ahora eran lo créditos.
Se estiró dando un enorme bostezo y giró a ver a su novia quién seguía completamente dormida. Sonrió ligeramente al verla en ese estado. No lo decía frecuentemente, pero a sus ojos, T/n era la mujer más hermosa que había visto en toda su existencia. ¿Cómo es que se pudo fijar en un ser tan frío y apático como él?
- T/n.- la sacudió levemente.
- Mmmm.
- T/n.- otra sacudida.
- ¿Qué pasa Fin?- dijo con un hilo de voz, antes de comenzar a tallarse los ojos.
- Es tarde, ya debo irme.
La joven ya más consciente giró a ver la ventana notando que estaba cayendo una tormenta afuera.
- Pero está lloviendo.
- No importa.- él ya estaba poniéndose su típico gorro invernal junto con una bufanda.
- Quédate a dormir ¿si? No quiero que te pase nada allá fuera.
El contrario suspiró cansado.
- Bien, pero mañana me iré temprano...- se calló cuando sintió a la menor aferrarse fuertemente a él en un abrazo.
Al separarse, ella apagó el televisor y tomó la mano de su novio para guiarlo hasta su habitación invitándole a pasar.
- Solo voy a tomar una pijama y luego podrás dormir.- la chica abrió su ropero y comenzó a buscar un conjunto de ropa para dormir, al igual que prendas grandes para él. Ya lista, dejó las correspondientes para Finlandia sobre su cama y caminó con la intención de retirarse fuera de su alcoba. Pero una mano se lo impidió.
- ¿A dónde vas?
- Voy a irme a dormir, bobito.
- ¿Al sofá?
- Pues... si, se que no te gusta mucho el contacto físico, así que te dejo mi cama para que duermas bien.
- Pero no dormiré bien si tu no estás conmigo.- el mayor respondió como si fuera algo demasiado obvio.
Eso fue inesperado para ella.
- Está bien, solo déjame cambiarme. - la nación la soltó y dejó que se fuera, a lo que él aprovechó para cambiarse.
Minutos después, se adentró a las sabanas quedando frente a la pared. Un minuto más tarde T/n también se introdujo a las mantas.
- ¿Fin?- El mencionado gruñó como respuesta. - ¿Puedo abrazarte?
- Como quieras.- dijo sin abrir los ojos.
Entonces ella se acercó más y lo abrazó por detrás.
- Descansa.- repartió un último beso en su espalda antes de caer dormida. No hubo respuesta de su parte.
Pasaron varios minutos hasta que no aguantó más y giró su cuerpo para quedar frente a frente. Sin importar la poca luz que la luna le ofrecía, admiró el rostro de su amor agregando caricias a sus mejillas con suma delicadeza.
La tentación lo venció y juntó sus labios, depositando un rápido pero tierno beso antes de caer igualmente en los brazos de morfeo.
