PARTE 5

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Dancing

Corrieron por los pasillos del antiguo hotel como si alguien realmente los estuviera persiguiendo. Con las manos entrelazadas y halándose entre ellos de vez en cuando. Cuando estuvieron a una distancia prudente del salón se detuvieron y se miraron el uno al otro, mientras recuperaban el aliento. Vieron el plato en la mano de Louis y el ramo en la de Harry y no pudieron evitar reír por lo que acababan de hacer. Observaron a su alrededor, tratando de averiguar dónde estaban, Louis empujó la puerta más cercana a ellos.

De algún modo habían conseguido llegar a una de las cocinas del hotel, totalmente vacía a esas horas de la noche. Entraron y se sentaron en el piso, comiendo de los dulces que el mayor había robado para ellos. De pronto Harry decidió que el brownie sería perfecto con un poco de helado y Louis, como el caballero que era, corrió a revisar todas las congeladoras del enorme lugar. Había un congelador entero de distintos sabores de helado.

- ¿Qué sabor de helado prefiere la estrella de la noche?

- ¿Qué sabores hay Lou Lou?

- Hay todos los sabores bebé, ¿cuál quieres?

- Sandía

- ¿Helado de sandía? Que extraño eres Harry, no hay de ese sabor...a menos – tomó una cucharada del helado color rosa y lo probó – no, es fresa. ¿Otro sabor?

- Dijiste que habían todos los sabores.

- ¡No pensé que pedirías sandía!

- Está bien, ¿menta? – Louis abrió los ojos, fingiendo estar asqueado

- ¿Qué hay de malo con los sabores normales como vainilla y chocolate?

- Olvidé que eras un viejo aburrido – masculló Harry

- ¿Cómo dic...

- ¿Qué tal esto? Sirve un vaso pequeño con cada sabor y los probamos todos – Louis le lanzó una mirada ofendida pero obedeció, sirviendo 10 vasos de distintos sabores y haciendo malabares para llevarlos hacia el piso donde el pequeño devoraba un cupcake, sin preocuparle es "esfuerzo humano" – palabras de Louis – que estaba haciendo el mayor.

Acabaron con toda la comida mientras charlaban y reían. Antes de darse cuenta, era Harry el que asaltaba otra de las neveras diciendo que moría por unas papas fritas. Para su suerte, encontró una gran bolsa de papas listas para freír. Se paseaba por la cocina como si fuera su propia casa y, si Louis no hubiera estado con él durante toda la noche, habría jurado que había bebido algo de alcohol. Estaba más sonriente de lo normal, más "colorido", desinhibido. Louis solo disfrutaba del espectáculo.

Mientras esperaba que las papas estuvieran listas Harry se quitó el saco y abrió los primeros botones de su camisa, asegurando que hacía demasiado calor cerca del fuego e hipnotizando a Louis en el proceso.

- ¿Por qué no me dijiste que ibas a cantar? – Louis por fin cuestionó al cabo de algunos minutos de silencio. Había querido preguntar desde que bajó del escenario.

- No sabía cómo reaccionarías – dijo, avergonzado – es algo importante para mí y, si no te gustaba. Eso hubiera dolido mucho. Supongo que quería asegurarme de que vinieras conmigo – explicó evitando mirarlo a los ojos, mientras servía las papas listas en una caja para llevar.

- ¿Por qué no me iba a gustar? Cantas hermoso Harry.

- Sé que no lo parece cuando estoy ahí arriba, pero la verdad es que me siento muy nervioso cada vez. La verdad soy algo...inseguro al respecto. – Louis llegó a su lado y tomó su rostro con ambas manos.

good boy, bad boy. | lsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora