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— Sabes que robarle el novio a otro está mal. —la chica de cabellos beige había dicho mientras probaba un nuevo labial, observándose en su espejo en forma de corazón.

— No es lo que haré.

— ¿Y qué se supone que sea el conquistar al niño bonito sólo porque su novio le ha hablado mal? —ella había vuelto a hablar, sin siquiera voltear a ver su amigo.

— No sólo me dejaré guiar por eso...

— Sé que no, pero te ciegas cuando las emociones te sobrepasan, Inasa. — señaló, cambiando la dirección del espejo para enfocar a su cabizbajo amigo—. No sabes con exactitud si su novio lo trata mal o si así es su actitud.

Y Inasa era consiente de ello, lo era porque no era la primera vez que juzgaba a alguien por la primera expresión, cosa que le traía problemas en el futuro. Aunque reconocía que era el primero en disculparse por sus errores y el primero en insistir repararlos. Pero tal y como su mejor amiga lo ponía, estaba mal que simplemente asumiera que Shōto no estaba bien con su novio porque el tipo le había hablado mal. Sin embargo, no podía evitar sentirse disgustado con ello, porque él siempre trataba al de cabello bicolor de forma suave aunque todo en su personalidad fuera bastante brusca. Y si dado el caso él podría tener el honor de salir con el bajito, sería aún más cuidados y detallista, y no estábamos hablando justamente de regalos.

— Pero esa es la parte racional de mi opinión. —volvió a hablar, dejando el espejo y girándose a mirarlo con malicia en aquel bonito rostro que poseía—. Como tu mejor amiga y medio hermana mi consejo es que no te rindas tan fácil, ¿o acaso ha sido broma el tener que oírte suspirar por ese chico los últimos meses? —había llevado las manos a su cintura, aún mirándolo—. No hemos estado planeando todo un itinerario de citas e incluso pidiéndoles consejos a Shishikura sólo para que te rindas tan fácil.

Y aunque las primeras palabras lo habían hecho reflexionar en sus decisiones algo precipitadas, aquellas lo hacían dudar de éstas mismas pero contagiándose de aquel espíritu competitivo que surgía en Utsushimi. Una sonrisa apareciendo en su rostro y levantándose para asentir, sintiendo el entusiasmo surgir poco a poco porque no había nadie como aquella rubia para levantarle el ánimo e incentivarlo a cumplir con lo que fuera que se propusiera. Y sí, la chica solía mimarlo mucho y siempre ponerse de su lado aunque más de una vez se equivocara, pero vivían bajo el lema de que sólo vivirían una vez para relajarse y ser aburridos.

— ¡Tienes razón, Camie! ¡No tiraré por la borda éstos sentimientos por Shōto!

— Oh nene, estás muerto por él, el milagro sería si pudieras superarlo alguna vez. —ella comentó, provocando un poco de sonrojo en el alto—. Sería un gran desperdicio además, me has hecho emocionarme también con la idea de ver a mi pequeño niño crecer. —ella había agregado, fingiendo limpiarse una lágrima falsa.

— ¡Pero si ya soy grande! —él había contrarrestado pese a saber de las típicas bromas de la chica.

— Para todos menos para mi. —ella de había encogido de hombros, volteando a tomar su teléfono y buscar algo en él—. Ahora, ¿Qué harás ahora para saber si el chico es malo o no con Shōto?

— Uh, no he pensado en ellos, pero no estaría mal si... quizás yo..  ¡Lo espiara! ¡Un poco, únicamente para

— Ugh, no, definitivamente no. —Camie lo había cortado, negando con la cabeza—. Sabremos de él por medio de sus amigos, aunque su nombre me suena de algo ¿sabes? —se había llevado una mano al mentón, pensativa.

— No me sorprendería, es totalmente tu estilo. —Inasa bufó, pero esperando que ella lo conociera para así tener un punto de partida.

— ¡Lo tengo! ¡Jirō me ha dicho que es el guardia de seguridad del club donde canta! —ella había exclamado, la emoción burbujeando en ella y buscando nuevamente en su teléfono.

I Would - InaTodoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora