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Shōto había despertado en una cama que no era la suya, y tampoco reconocía la habitación a excepción de la persona que estaba abrazándolo. El sonrojo coloreó sus mejillas cuando encontró el rostro de Inasa a poca distancia del suyo. Teniendo una lluvia de imágenes en su mente de lo sucedido la noche anterior, de lo fácil que había sido sacarse aquella astilla que tenía debido a haber tomado algo de alcohol. Estaba realmente aliviado, en parte, de que Inasa hubiera aparecido en el momento justo. Aunque si lo pensaba bien quizás había arruinado la noche del ex-abogado de la familia, sus mejillas volvían a colorearse cuando recordaba cómo su corazón se había detenido al divisarlo entre toda la multitud.

Vistiendo tan diferente a los trajes y la ropa deportiva que el tipo solía usar, porque Shōto lo había mirado y había boqueado ante la visión. Inasa siempre había sido alguien muy guapo para él, y más de una vez había fruncido el ceño tratando de no quedarse mirándolo tanto, o cuando sus músculos se le marcaban cuando flexionaba los brazos. Envidiando a sus hermanos por la confianza que tenían con éste para alabar la musculatura del alto o abrazarlo por su propia cuenta. Él, sin embargo siempre había sido distante, dándole una mala impresión y sintiéndose mal por recibir tanta atención de su parte.

En los últimos meses se había aferrado a Inasa debido a que su relación con Katsuki parecía ir en picada. Sabía que estaba mal pero Inasa siempre estaba allí cerca, con una gran sonrisa y buen humor todo el tiempo, mirándolo con cariño y dispuesto a abrazarlo aunque él se quedara quieto sin corresponder. Inasa era tan distinto a él, y a la vez era tan diferente a Katsuki que Shōto había dudado varias veces, imaginándose cómo sería tenerlo como pareja. Descartando tales pensamientos porque él ya tenía novio y dudaba que Inasa fuera bisexual u algo.

Nadie podría interesarse en un tipo frío, sin muchas expresiones y bastante aburrido. Bakugō siempre lo comparaba con un viejo aburrido, argumentando que debería salir más y divertirse, aunque su propio novio rara vez saliera a clubes.

Lo había conocido hace ya más de un año, recordaba que Midoriya había hecho una junta cuando había querido celebrar su aniversario(de novios) con Uraraka y había enviado invitaciones bajo la mentira de que anunciaba su compromiso. La mayoría lo creyó, incluyéndolo, y allí el chico de pecas le había presentado a sus amigos de la escuela secundaria y los que conocía de pequeño. Normalmente Shōto no solía prestar atención a los demás a excepción de sus amigos, pero Katsuki era alguien difícil de ignorar, dada su personalidad y la primera impresión que daba.

También era alguien que no hablaba con otros, que no tenía intención de socializar por cuenta propia. Pero el rubio simplemente se le había acercado, totalmente directo al decirle que era jodidamente caliente. Allí, frente a todos y importándole una mierda que se sonrojara y todos lo recordaran.

El rubio no era para nada romántico, y jamás se había esforzado en serlo. Eran tan opuestos que aún hoy se sorprendía cómo su relación había sucedido, pasando de citas y encuentros a salir formalmente(Bakugō simplemente le había ordenado que saliera con él o se fuera a la mierda). Y los primeros meses fueron excitantes, no puede evitar reconocerlo, el rubio era realmente un caja de sorpresas y siempre lo llevaba a diferentes lugares, siendo un poco cariñoso en contadas ocasiones. Pero Shōto se había enamorado, aunque la magia se había perdido meses antes de cumplir el año.

Haciendo una mueca, Shōto se había acurrucado más al pecho de Inasa, queriendo seguir sintiéndose protegido. Su vista había vuelto a alzarse, admirando las duras facciones del hombre que conocía hace meses y que lo había hecho dudar del estado de su relación. El bicolor sabía que había cometido un muy grave error, y había arrastrado a Inasa en ello, siendo totalmente egoísta e ignorando los sentimientos de éste. Haciendo una mueca por esto último, lo que más lamentó fue el no ser consiente del estado de enamoramiento del alto.

I Would - InaTodoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora