XI

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- ¡No! - escuché gritar a Peter

-Kayssa, por favor no- Escuché decir a Caspian mientras se arrimaba hacia mi

-Debo verme muy mal para que digas mi nombre completo- dije con pocas fuerzas, empezaba a marearme, sentía el calor recorrer por mi rostro

-Shhhh, no hables- me dijo Susan aplicándome presión en el vientre cuando de repente se escucharon campanadas fuera del castillo

- ¡Carajo! - exclamó Pet

-Caspian te encargaras de sacarla del castillo, los veremos afuera- dijo Pet

-Tienes que aplicarle presión- dijo Susan sujetando su mano para ponerla en mi vientre - ¡Ah! - me quejé

- ¿Qué pasa? - preguntó asustado

-Tienes las manos frías- dije débilmente y él enseñó una leve sonrisa

-Está bien pequeña, voy a tener que levantarte- me dijo mientras ponía su brazo bajo mi espalda

-No me digas pequeña, me hace sentir peor- dije con cada vez menos fuerza, podía sentir como estas se evaporaban de mi cuerpo; sentí que Caspian me levantaba haciendo que la herida me doliera aún más provocando que soltara un grito

-Lo siento- se disculpó y salió del cuarto conmigo en brazos corriendo hasta llegar a donde habíamos dejado a el profesor

-No está aquí- dijo preocupado

-Está en los establos- dije con un poco más de energía ya que no estaba perdiendo tanta sangre gracias a la presión aplicada en mi vientre, pero me preocupaba que no parara de sangrar como antes hubiera podido hacer

-Está bien, está bien- dijo dirigiéndose hacia allá

- ¿Qué le pasó? - preguntó el profesor una vez llegamos a los establos

-Le dispararon, por mi culpa. No hay tiempo, tenemos que irnos- dijo preocupado

-Necesito tratarla, algo provisional para evitar alguna infección o que pierda más sangre- dijo y Caspian me depósito suavemente en un montón de paja

-Ayúdela profesor, yo iré por caballos- dijo y se alejó

-Hola pequeña, ahora tendré que romper la flecha, va a doler- dijo y yo asentí preparándome, acto seguido, rompió la flecha a la mitad lo cual hizo que gritara de dolor haciendo que Caspian regresará corriendo

-Está bien, tu apúrate- le dijo el viejo y el chico se alejó de nuevo

-Tienes suerte, no atravesó, ahora levantaré tu blusa para ver los daños- dijo y cuando lo hizo sentí demasiado frío en mi vientre, pero a la vez cálido por el contacto de mi sangre con la piel

-Lo bueno es que no toco ningún órgano ni vena importante, así que sacaré la flecha y te haré un torniquete, pero necesito que no te duermas ni te muevas así que cuéntame algo- dijo el Profesor y solo sentí como la flecha dejo mi cuerpo y la sangre empezaba a dejar mi cuerpo rápidamente

-Me llamo Kayssa- susurré mientras el cortaba un trozo de mi capa

-Un gusto Kayssa, y ¿qué eres tú? Una ninfa, una hija de Eva, telmarina fugitiva- preguntó

-Soy una protectora- dije entre jadeos y sentí el tirón cuando el profesor apretó el torniquete y antes de que el profesor pudiera decir algo llegó Caspian con dos caballos ensillados

- ¿Y el mío? - pregunté -Estas loca si crees que te voy a dejar montar sola asi- dijo y volvió a cargarme.

El profesor se subió a su caballo y Caspian me subió a mi primero y después él se subió tras de mí, con un brazo rodeó mi cintura y con el otro la rienda

-Profesor, no se separe y siga adelante pase lo que pase- dijo y salimos del establo

Afuera era un caos los Telmarinos acababan con nuestras tropas yo solo podía ver, pero yo no solo quería ver, quería estar ahí, peleando, me sentía impotente al ver como masacraban a nuestras tropas, así que decidí voltear mi rostro al pecho de Cas, a cada galope mi herida pulsaba y me sentía cada vez más mareada, pude notar como el torniquete improvisado del profesor se empezaba a llenar de sangre

-Respira, tienes que resistir, me prometiste ser tu madrino de honor- me dijo Caspian y fue en ese instante cuando un solo pensamiento invadió mi mente. Edmund.

-Edmund-dije apenas en un susurro

-Edmund- volví a decir más fuerte, y me separé del pecho del príncipe intentando buscarlo con la mirada en la batalla, pero no lo veía, mi respiración empezaba a acelerarse y empecé a pensar lo peor

-Shhhh, no hables- dijo Caspian mientras atravesaba a un Telmarino con su espada

-Caspian, las tropas- dije y pude ver cómo estaban a punto de cerrar la puerta, pero un minotauro se interpuso para permitir que las tropas pasarán mientras un grupo de Telmarinos le lanzaban flechas

En este punto yo ya estaba sollozando, tenía demasiadas emociones, angustia por Edmund, enojo hacia mí misma y los Telmarinos, desesperación por la enorme pérdida de vidas, el intenso dolor de mi vientre y cuando menos lo noté Caspian, el profesor y yo ya estábamos a salvó a diferencia de más de la mitad de nuestras tropas.

𝗩𝗢𝗟𝗩𝗘𝗥/ La guardiana y el príncipe Caspian (LCDN#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora