XXI

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Después de la ceremonia hubo un baile en honor al nuevo rey de Narnia

-Extrañaba estos bailes- comentó Su

Sur, Susan y yo nos encontrábamos sentadas en una de las mesas del salón recordando los viejos tiempos en los que organizábamos bailes para todo Narnia

-Yo igual, ver esta escena hace que una sensación de paz me invada- dijo Sur suspirando -Recuerdan como antes nos pasábamos toda la noche bailando- recordé - ¡Si! Llegaba un punto donde nos quitábamos los zapatos para bailar a gusto- dijo Susan riendo

- ¿Concedería este baile mi bella dama? - preguntó Edmund acercándose a mí y estirando su mano mientras hacía una reverencia, las chicas me voltearon a ver divertidas -Claro que si mi noble caballero- dije tomando su mano y caminando hacia el centro del salón.

-Al fin podemos estar como una pareja normal- dijo mientras me tomaba por la cintura y yo posaba mi mano en su hombro -Sin guerras ni sangre de por medio- agregué meciéndonos al ritmo del vals que retumbaba por las paredes

- ¿Y tú collar? - preguntó y yo dirigí una mano hacia mi cuello, me confundí por el hecho de no haber notado que faltaba -Debió haberse caído en la batalla- dije triste -Tranquila, te conseguiré otro- me acercó más a él y yo coloqué mi cabeza en su pecho, escuchando el latido de su corazón -Gracias- susurré mientras seguíamos el suave ritmo del violín

-Kay- susurró con una voz algo temblorosa

- ¿Qué pasa cariño? - dije volteando a verlo

-Nada, solo que me gustaría que nos quedáramos así para siempre- me dijo abrazándome a lo que yo le correspondí -Igual yo, me gustaría detener el tiempo en este preciso instante- le susurré y él me dio un cálido beso en la mejilla, pasamos así minutos o tal vez horas, solo estábamos nosotros y la música hasta que las campanadas indicaron la hora de la cena.

Estábamos todos cenando en una mesa increíblemente larga, había toda clase de manjares, desde una sopa de queso, hasta estofado y entre las bebidas podía resaltar un suave vino

-Caspian relájate, la comida no se irá a ninguna parte- le dijo Susan riendo ya que, él ahora rey de Narnia, devoraba su quinta pierna de pavo haciendo soltar una risa entre los que estábamos al rededor

- ¿Qué pasará con la boda? - preguntó Este dándole un sorbo a su copa

- ¿Cómo que, ¿qué pasará? Pues se hará como se había planeado, en un par de días- le contesté confundida

-Pero se irán mañana al ocaso- dijo Norte agregándose en la conversación, ¿Cómo era posible que ellos lo supieran y yo no? -Pensé que lo sabías- agregó y yo tomé un gran trago de mi copa y el vino se deslizó por mi garganta generando una sensacional de calor.

Edmund se levantó y chocó delicadamente una cuchara contra la copa de vino haciendo que la atención se posará en él

-No- susurré, no era posible que fuera a dar ese anuncio sin decirme que mañana se irían, pero ¿Qué tal que él no sabía?

-Tranquila- dijo Norte sujetando mi mano

- Querido pueblo de Narnia, ustedes se han convertido en nuestra familia y por eso me alegra que estén presentes para este momento- dijo y se levantó de su silla con una mano dentro del bolsillo de su pantalón, no era posible, nadie nos había dicho ¿Qué pretendían? Si su intención era no causarnos daño pues era una estúpida forma de hacerlo

-Oeste, perdón, Kayssa, me harías el honor de acercarte- dijo y me levanté de mi silla y me acerqué a donde él estaba

-Tu nunca has sido mi Guardiana, si no mi ángel, mi amiga, eres cada aliento que producen mis pulmones, eres la razón por la que mi corazón sigue latiendo- dijo mientras se arrodillaba frente a mí y sacaba de su pantalón una pequeña caja de madera - ¿Me harías el honor de convertirte en mi esposa? - preguntó y abrió la caja dejando ver un pequeño aro dorado con una pequeña esmeralda en su forma natural

-Ed- dije titubeante, pensaba decirle lo que pasaría, que no tendríamos tiempo de organizar una boda ni tendríamos nuestro baile a la luz de la luna, pero había demasiada gente y no quería montar un escándalo así que lo miré directamente a los ojos los cuales me miraban como con miedo y emoción al mismo tiempo

-Acepto- pronuncie con apenas un hilo de voz, él se levantó para abrazarme y hacer que girará por el aire lo que provocó una ola de aplausos

Después de la propuesta, Edmund y yo pasamos el resto de la fiesta juntos, recibíamos varias felicitaciones y muchos buenos deseos

-Cariño, necesito hablarte- le dije y él mostró una cara de preocupación

- ¿Todo bien? ¿Te sientes mal? - preguntó

-Ven- le pedí levantándome de la mesa y tomando su mano mientras nos dirigía hacia el balcón

-Me estás preocupado- dijo acercándose a mí, había temor en su voz

-Ed se irán al ocaso de mañana- solté, ya que no había otra forma de decirlo, él se alejó hacia el borde y se apoyó en este

- ¿Tan pronto? - suspiró y me ubique al lado de él

-Lo sé, yo...- dije derramando una lágrima

-No, ven aquí, no llores mi niña- dijo abrazándome, podía oír los acelerados latidos de su corazón por lo que podía saber que ambos estábamos destrozados

-Nos casaremos al amanecer entonces- dijo y yo lo miré

-Es muy pronto ¿no crees? - dije limpiando mis ojos

-Entonces no hay tiempo que perder- dijo sonriendo, esa maldita sonrisa que hacía que mi corazón saltara cada vez que la veía, ambos nos separamos y, unidos de la mano, regresamos corriendo al salón, tomé una copa y la hice sonar llamando la atención de todos, otra vez.

-Mi amada familia, sé que es demasiado apresurado, pero hemos decidido casarnos al amanecer, sé que están agotados, pero vengo una vez más en su ayuda para organizar esto- dije y tras un par de segundos de silencio la sala se llenó de aplausos y gritos de alegría, Lucy, Susan y Sur se acercaron corriendo hacia mí y me jalaron lejos de Edmund, lo último que vi de él fue una mirada divertida

-Te amo- dijo con sus labios

-Te amo- le respondí

𝗩𝗢𝗟𝗩𝗘𝗥/ La guardiana y el príncipe Caspian (LCDN#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora