XXIII

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El sol apenas comenzaba a mostrar de buena forma sus rayos de luz y nosotros seguíamos celebrando

- ¡Kay! - exclamó Norte acercándose a abrazarme -Me alegra que seas feliz- me dijo una vez nos separamos

-Gracias ¿Qué tal tu corazón? - pregunté mientras caminábamos hacia el balcón donde estaban los demás

-Bien, bien, es un poco más difícil de lo que creí, pero creo que puedo controlarlo- contestó acercando su mano hacia su pecho, mi corazón se encogió ante ese gesto -Me sigo sintiendo mal por haberme dormido, tenía que estar ahí con ustedes- dije algo cabizbaja, aun no me podía quitar ese sentimiento de culpa

-No te mortifiques, estoy seguro de que así tenía que pasar, si también hubieras muerto ¿Quién hubiera guiado a Caspian? - dijo lo que provocó que mi sonrisa volviera a aparecer. Llegamos con los demás quienes rápidamente nos juntaron a Ed y a mi

-Hacen una pareja adorable- exclamo Sur

-Son tan tiernos- se escuchó decir a Lu y después de varias expresiones similares todos nos recargamos en la orilla del balcón mirando como el sol iba saliendo del todo

-Es muy poco tiempo- dijo Peter; tenía razón, pero ellos ya no tenían un propósito aquí en Narnia; Caspian era el nuevo rey

-Me gustaría quedarme aquí para siempre, como antes- agregó la pequeña Lucy

-Las cosas no suceden de la misma forma dos veces- Nos sobresaltó la tranquila y gentil voz de Aslan, todos volteamos a verlo y él dirigió su mirada hacia Susan y Peter los cuales se acercaron a él mientras los demás nos dirigíamos miradas nerviosas

-Síganme- les dijo el león apartándolos del grupo, nadie comentó nada y poco a poco nos quedamos Edmund y yo solos

-Me gusta tu nuevo corte- comentó jugueteando con mi cabello

-Tardaste en notarlo- dije sonriendo

-No, solo tarde en comentarlo- respondió dándome un beso en la mejilla

-Son mágicos- agregó

- ¿Mis cabellos? Gracias- reí al igual que él

-No boba, los collares- explicó tomando mi dije con su mano, nunca me acostumbraría al roce de su piel con la mía y lo que este provocaba

-Están conectados, yo veré lo que tú sientes y tú lo que yo siento; si uno de los dos está triste se tornará azul, si está molesto será rojo, si está en peligro será negro, si alguno extraña al otro se volverá verde, así siempre estaremos al pendiente del otro- concluyó su explicación

- ¡Oh, Edmund! Me encanta- exclamé abrazándolo, el saber que podríamos tener una conexión física, aunque estemos a mundos de distancia me tranquilizaba

-Podrías quedarte ¿sabes? - comenté después de quedarnos un momento abrazados en silencio

-Lo sé, pero...- dudó un poco antes de continuar -Mi familia, sé que aquí el tiempo se maneja distinto a mi mundo, pero, no estoy listo- desvío la mirada y yo me acerqué aún más a él, apoyando mi cabeza en su hombro

-Entiendo- fue lo único que contesté y así nos quedamos, viendo cómo salía el sol poco a poco, tomados de la mano.

Después de un par de horas me fui a cambiar, habíamos decidido ir a cabalgar los nueve, así que entre en mi cuarto y me puse una ropa más cómoda y al salir me topé con Susan y Caspian, ellos no se dieron cuenta de que los había visto así que me ubique detrás de una columna para poder escuchar lo que decían

-Entonces ahora te tendré que llamarte: majestad- le dijo Su riendo

-Con Caspian es suficiente- ellos hacían una pareja muy dulce y me apenaba el hecho de que no pudieran convivir más, no pude oír más de la conversación ya que vi a Este y Norte haciéndome señas desde uno de los pasillos

𝗩𝗢𝗟𝗩𝗘𝗥/ La guardiana y el príncipe Caspian (LCDN#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora