Advertencia: No me hago responsable de llantos :)
Omnisciente
Emmy y Justin fueron los primeros en entrar a ver a Melissa, la chica se encontraba mirando hacia el techo, como si fuera la cosa más importante que existe en ese mundo, Melissa no se había percatado de la presencia de los actores en la habitación de la dicha.
—¿Melissa? — Dijo Emmy — ¿Como te sientes bonita?
La chica se quedó mirando el techo.
—Bien — Se limitó a decir la peli negra —No saben la vergüenza que siento en este momento, lamento meterlos en tantas idioteces y accidentes míos que no les conciernen — Dijo Melissa con voz débil.
—Melissa, no digas eso, nosotros te apreciamos, y si otra persona te hubiera traído aquí, nosotros también hubiéramos venido corriendo — Dijo Justin.
—Me siento tan débil — Dijo Melissa —Nunca pensé que llegaría a recibir un disparo en el abdomen.
—Creo que nadie hubiera pensado que le pasaría — Dijo Emmy de risa, haciendo soltar una pequeña carcajada a Melissa.
Melissa se quedó callada, mirando el techo, pensando y revolviendo en lo más profundo de su mente.
—¿En que piensas? — Dijo Justin.
—En no pensar — Respondió.
—¿Eh? — Dijo Emmy.
—Si ¿Sabes porque algunas personas no piensan? Por que muy en el fondo, pensar deprime, es un tiempo en el que estamos con nosotros mismos, nos damos cuenta de la realidad, y, casi siempre, la realidad deprime.
Los otros dos presentes se quedaron callados ante las palabras de Melissa.
Quizá ella tenía razón, hay veces que escapar de la realidad es más fácil que tener que afrontar esta misma, aunque, tarde o temprano, va a llegar el momento donde tendremos que respirar ondo y luchar contra la vida.
Melissa estaba segura de algo, la vida era como la guerra, no tenía piedad con nadie. Podría ser una verdad dura, si, pero la vida se lo demostró por si misma.
La vida era una guerra. Claro.
La oji verde sentía como el mundo se le estaba viendo abajo, se sentía sola, a pesar de tener a su hermano, a su novio y a sus amigos.
Pero, de algo estaba segura, lo superaría, con compañía o sin compañía, por que ella era fuerte, ella podía, ella era Melissa Sheehan, la que casi muere en diversas situaciones y aún así siguió jodiendo al mundo con su presencia.
—¿Cuando me dan el alta? — Preguntó Melissa, se había entusiasmado con sus propios halagos.
—Supongo que cuando venga tu hermano, tiene que firmar. Y también cuando los doctores vean que estás bien — Respondió Justin.
Melissa bufó, sabía que los insistentes médicos dirían "No, todavía tienes que quedarte".
Horas más tarde la puerta se abrió de golpe, asustando a los presentes.
El que había entrado era Robert.
Sin pensarlo dos veces, la chica se sentó en la cama y Robert fue a abrazarla.
Emmy y Justin salieron de la habitación para darles un momento.
La chica lloraba en los brazos de su hermano, Robert contenía las lágrimas.
Robert le susurraba a Melissa que todo estaba bien mientras acariciaba el pelo de esta.
La chica apretó más su agarre, como si estuviera abrazandolo por última vez, sin querer soltarlo.
Robert dejó escapar un sollozo.
—Tu no llores, por favor — Dijo Melissa acariciando la espalda de su hermano.
—¿Como quieres que no llore si casi mueres? — Respondió.
—Lo siento mucho.
—No te disculpes, no fue tu culpa — Dijo Robert rompiendo el abrazo.
El chico secó las lágrimas de su hermana.
Hace rato no la veía de cerca, podía ver los rastros de las lágrimas en la cara de ella, su nariz roja al igual que sus ojos, ojeras notables.
Pero lo que más le dolió ver fue sus ojos, los ojos que tanto amaba Robert, los que brillaban siempre ahora estaban apagados, sin vida.
—¿Que está pasando Melissa? — Dijo Robert.
—No lo se, Robert.
La chica no mentía del todo, al fin y al cabo, no sabía por qué la estaban acosando y lastimando.
—¿Sabes que puedes contarme todo?
—Si, lo se.
Permanecían en silencio, cada uno en sus pensamientos, Robert pensaba en que no confiaba del todo en lo que le decía su hermana, y Melissa pensaba en que por favor su hermano no insista en contarle alguna verdad.
—¿Como te sientes? — Dijo Robert.
—Solo me duele un poco, estoy bien, dentro de lo que cabe....
—¿Que fue lo que pasó?
—Estaba volviendo de la casa de Dante y me empezaron perseguir y me dispararon, supongo que era un blanco fácil para algo, o yo que se — Respondió.
—No lo entiendo ¿Por qué te dispararían? — Dijo Robert frunciendo el ceño.
—¿Crees que yo lo se? Pues no, no lo entiendo — Respondió Melissa.
—¿Alguien más sabe que estas aquí?
Melissa elevó los hombros, señal de que no sabía.
—No se que hubiera pasado si hubieras muerto, eres lo más preciado que tengo, pequeña unicornio — Dijo Robert sonriendo.
Melissa sonrió al escuchar ese apodo una vez más. Melissa de pequeña estaba maravillada con tal animal fantástico, le parecía majestuoso, tenía hasta ropa, pantuflas y accesorios de este, por lo que Robert decidió llamarla así.
—También te quiero, Robert — Dijo Melissa, sonriendo.
—¿Quieres dormir un poco? — Preguntó Robert.
Melissa asintió, se acostó de nuevo en la camilla y cerró los ojos.
—Dulces sueños, pequeña — Dijo Robert dándole un beso en la frente a Melissa.
Minutos luego, Melissa cayó en los brazos de Morfeo.
—Si John Willys tiene algo que ver en esto, no me importará nada, no voy a dejar que arruine tu vida — Susurró Robert.
Robert sabía algo que Melissa desconocía totalmente.
Algo...... Importante.
Nota: YA LLEGUÉ PUERKAAAS ¿Que les pareció el cap?
A mi se me hizo súper tierno :"3
Dejé escapar mi lado que piensa en la vida cuando está sola con insomnio y lo plasmé ¿Que piensan? ¿Les gustaría que ponga más de este tipo de reflexiones?
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| 𝑭𝑳𝑰𝑮𝑯𝑻 8 | 𝑨𝒊𝒅𝒂𝒏 𝑮𝒂𝒍𝒍𝒂𝒈𝒉𝒆𝒓 • 𝑫𝒂𝒏𝒕𝒆 𝑨𝒍𝒃𝒊𝒅𝒐𝒏𝒆
Fanfiction•𝙼𝚎𝚕𝚒𝚜𝚜𝚊 𝚂𝚑𝚎𝚎𝚑𝚊𝚗, 𝚞𝚗𝚊 𝚏𝚒𝚐𝚞𝚛𝚊 𝚙𝚞́𝚋𝚕𝚒𝚌𝚊, 𝚕𝚕𝚎𝚐𝚊 𝚊 𝚃𝚘𝚛𝚘𝚗𝚝𝚘 𝚌𝚘𝚗 𝚞𝚗𝚊 𝚗𝚞𝚎𝚟𝚊 𝚙𝚛𝚘𝚙𝚞𝚎𝚜𝚝𝚊 𝚕𝚊𝚋𝚘𝚛𝚊𝚕, 𝚕𝚘 𝚚𝚞𝚎 𝚎𝚕𝚕𝚊 𝚗𝚘 𝚜𝚊𝚋𝚎 𝚎𝚜 𝚚𝚞𝚎 𝚎𝚜𝚎 𝚟𝚒𝚊𝚓𝚎 𝚚𝚞𝚎 𝚎𝚛𝚊 𝚜𝚘𝚕𝚘 𝚕�...