Brújulas

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Nos hemos despertado antes del amanecer, pero ahora que el sol empieza a asomarse por los muros de la ciudad, ya hay movimiento por las calles de Nayda. 

Salimos de la posada y pagamos lo acordado. En la calle veo a una mujer que vende carne frita. Nos acercamos.

-¿Cuánto cuesta un trozo de carne?- le pregunto a la señora.

-35 piezas, ¿queréis un par?

-¿Y si yo le doy la carne y usted misma me la cocina? ¿Cuánto costaría?

-Supongo que podría cobraros 20 piezas por trozo... - dice con desgana la señora.

-Trato hecho - digo antes que cambie de opinión.

Abro el saco y le entrego el trozo más grande de carne que tenemos. Pero solo uno.

-¿Cuánto tardará?

- Un cuarto de hora, es muy grande.

Nos despedimos de la señora y quedamos dentro del cuarto de hora que nos ha prometido.

Paseamos por las calles mirando la cantidad de tiendas que hay en la ciudad.

-¿A dónde va toda esa gente? - me pregunta Miranda señalando a unos chicos que se unen a una muchedumbre.

-No sé, vamos a ver.

Nos colamos por dentro de la masa y conseguimos ver a un soldado en el centro.

-... y como que todavía no hemos encontrado a la hija de nuestro señor se ofrecerá una buena recompensa a quien sepa algo de ella o la encuentre. Dejaremos retratos suyos por las ciudades. Es vital encontrarla lo antes posible. Ha desaparecido del castillo...

Cojo el brazo de Miranda y la saco de allí.

-Tenemos que marcharnos ya.

Ella asiente con aire preocupada. Volvemos hasta la parada de la carne y allí todavía tenemos que esperarnos un poco hasta que acabe de hacerse.

-¿Has oído lo de la hija del señor? - oigo como hablan dos señoras cerca nuestro.

-Sí, dicen que ha desaparecido... ¿la habrán secuestrado?

-O tal vez haya huido con su amante secreto.

-O simplemente lo hizo para jugar. La gente de palacio hace cosas alocadas...

La señora nos entrega la carne y me llevo rápido a Miranda fuera de la ciudad. Ella parece alterada con todo el asunto y no ayuda a pasar desapercibidas.

Una vez estamos alejadas del núcleo urbano le digo:

-Miranda, tranquila, ya sabíamos que pasaría esto, puedes volver y decir que todo fue una broma, no pasa nada, pero si...

-No, ¡no! - me asegura.

-Pero si sigues conmigo tienes que pasar desapercibida, y si estas así de preocupada con esta cara de culpable, créeme, llamas la atención.

Ella asiente y se calma, me sonríe y seguimos caminando.

-¿Dónde vamos hoy, Janet?

-Seguimos hacia el norte, hoy pienso hacer noche en Colls. Es un pueblo más pequeño que Nayda y menos concurrido. Además está al límite de Cotania, más cerca de la comarca de Raua.

Emprendemos el largo camino. Hoy el sol más caluroso no aparece, gracias a unas nubes grises que han llegado a media mañana.

Al mediodía descansamos cerca de un riachuelo. Donde comemos la carne que nos a preparado la mujer.

DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora