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El pequeño Louis se encontraba en el gran living de su casa mirando la televisión. Era un día de verano, pero la lluvia había hecho presencia. Por eso se encontraba dentro, él amaba jugar en el patio con los columpios.

Se levantó de su lugar y apago la televisión, él no era como los otros niños que podían estar frente a una pantalla por horas sin hacer un solo ruido. Era un niño más libre. Le gustaba la naturaleza, acariciar el césped, sentir que la brisa golpeara contra sus mejillas y revoloteara su cabellera castaña. Lamentablemente ese día, había decidido llover.

Freno contra la gran puerta de vidrio que llevaba al patio y contemplo las gotas caer. Era una de esas lluvias con gotas gordas y pesadas que te empapaban en unos segundos. Pensó que más tarde podría ir a saltar en los charcos de agua que se formarían en su césped.

Iba a contarle esa idea a su madre. Se dirigió con apresurados pasitos hacia la cocina, que dentro se encontraba Johanna.

Entro y la vio hablando por teléfono, entonces decidió no interrumpirla y esperar a que corte la llamada, ya que él había aprendido a ser respetuoso. Mientras tanto trepo una silla y devoró unas galletas de avena que aún estaban un poco calientes. Su madre lo vio y le hizo una mueca de que comiera despacio.

"No tendré muchos invitados, por lo que sería mejor hacer el pastel de dos pisos." Johanna pensó luego de decir eso. Ella se veía feliz ese día, pero también estaba agotada. Tenía tanto que organizar. "Si la cubierta es de vainilla te lo agradecería"

Louis dejo de comer esas exquisitas galletas para escuchar a su madre que hablaba sobre un pastel. Ellos solo comían pasteles en algún tipo de festejos, como en navidad o quizás año nuevo. Miro atentamente a la castaña para enterarse si decía otra cosa acerca de aquel postre, pero ella ya se había despedido y finalizado aquella llamada.

El timbre de su casa sonó. Johanna sonrió hacia Louis. "Debe ser tu prima, Darla"

El pequeño festejo con un gritito de felicidad y pronto corrió hacia la puerta. Como dijo su madre, allí estaban su tía, su prima y una niña más que no conocía.

A las horas había dejado de llover, aun así, Louis y las dos niñas se encontraban en la habitación del menor jugando con los muñecos de acción.

"Darla comeremos pastel." Louis sonrió hacia su prima. Luego miro hacia la niña. "Tu también puedes comer pastel Emilia"

Emilia tenía dos años más que Louis, y era una nueva amiga de su prima. El castaño se sentía nervioso al lado de ella. Nunca había conocido una niña que le pareciera bonita, y saber que ella era mayor lo ponía triste. Quizás a ella no le parecían lindos los niños pequeños.

"No me gusta el pastel."

Pronto ambas niñas se fueron y quedaron solo madre e hijo en casa. La lluvia había parado y Louis se sentía feliz, aunque no podía salir afuera porque se iba a enfermar. Permaneció en la sala mirando una película de vacas animadas esperando a que su madre llegara con un poco de chocolate caliente para él.

"Mami invite a Darla junto a Emilia para que vengan a comer pastel mañana." dijo Louis con una sonrisa en su cara. Johanna lo miro confundida.

"¿De qué pastel hablas, mi niño?" le entrego su taza con chocolate, procurando que el pequeño no se queme.

"Hoy te escuche hablando de un pastel." bebió un sorbo y miro a su madre. Se había quemado su lengua, pero quería aparentar ser un adulto, entonces no dijo nada.

"Oh, Lou." su madre rio, él lo hizo también junto a ella. Aunque no sabía por qué lo hacía. "Ese pastel no es para mañana cariño, es para dentro de unas semanas"

"¡Pero eso no tiene sentido!" Louis frunció el entrecejo alzando un poco la voz, veía a su madre reír. "¿Por qué dentro de unas semanas y no mañana?"

"Porque dentro de unas semanas, es mi cumpleaños Lou." aviso Johanna, dejando a Louis más confundido de lo que estaba.

















Aquí el primer capitulo, espero que les haya gustado ♡

LEMONADE • larryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora