IV

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Habían pasado más de dos horas y ninguno de los dos niños había tenido ninguna venta. Ni siquiera pasaba gente por la calle.

El día en Doncaster era deprimente. El cielo estaba completamente gris, el viento movía las copas de los árboles y las nubes amenazaban con llover.

Pero como todos los días, Louis se encontraba listo para empezar su venta. Harry y Zayn habían hecho presencia bien temprano para poder ayudar al niño.

Cuando empezó una llovizna fina, todos se resguardaron en casa de Louis. Jay se encontraba fuera de casa, visitando a su madre, la abuela de Louis. El pequeño también habría amado ir, pero su cabeza solo tenía espacio para pensar una cosa: el regalo de cumpleaños de su madre.

"¿Tienes para hacer palomitas?" pregunto Zayn y Louis asintió.

Comenzó a inspeccionar un poco la casa de Louis. Había varios cuadros de un bebe, que supuso que era su nuevo amigo, y otras de una mujer joven que supo inmediatamente que era su madre.

"Oye Louis." el morocho llamo su atención. "¿Tu padre?"

El pequeño hizo una mueca. Sabía que aquel hombre lo había abandonado cuando tenía cinco años. Recuerda que sus últimas palabras fueron una promesa de volver. Louis lo espero demasiado, hasta que se dio cuenta que a la única persona que necesitaba era a su madre.

"Él se marchó."

El tema quedo ahí. Zayn se dirigió a la cocina para hacer palomitas. Tomo el mando de la casa ya que era el mayor de los tres. Harry intento mantener la chimenea avivando el fuego, mientras que Louis lo miraba.

"Harry ¿tu y yo somos amigos?"

El rizado lo miro con una sonrisa. "Si tú quieres podemos ser amigos."

Louis lo siguió mirando. Harry llamaba su atención. También pensaba que tenía unos ojos muy lindos, no como los de Emilia. Aunque en realidad eran del mismo tamaño, pero los de ella eran feos. También era alto, un poco más que Louis. Pero eso no le molestaba como lo hacía con ella.

"¿Alguna vez te enamoraste, Hazz?"

El ojiverde lo miro sorprendido por el apodo y por la pregunta. Dudo un poco, no sabía si alguna vez se había enamorado.

"El año pasado me gustó mucho alguien." Harry sonrió al recordar. "Éramos muy cercanos el uno del otro, hasta que supo que me gustaba."

Ambos estaban sentados en el sofá de la sala, Louis escuchaba atentamente mirando a sus ojos.

"Fue difícil para mí saber si me gustaba o solo le tenía mucho cariño." Harry recordó como aquella persona lo había hecho a un lado de su vida. Él era demasiado pequeño quizás para tener una pareja, pero hubiera estado bien que aquella persona correspondiera su amor. Harry sentía que quizás nadie podría amarlo nunca.

Louis de pronto lo abrazo. Así era él. Un niño demasiado dulce. Cualquiera que tuviera a Louis en su vida quedaba encantado. Irradiaba amor, ternura y amabilidad.

Harry le correspondió el abrazo y olio su cabello. No conocía mucho a Louis, pero sabía que era un niño bueno, no tenía maldad en su ser. Quizás desde la primera vez que lo vio a lo lejos, vendiendo vasos de limonada, quiso saber quién era y por qué tenía esos ojos tan lindos.

"¿Cómo es el nombre de ella?"

"Él." Louis lo miro curioso. "Su nombre es Luka."

Harry recordaba a Luka. Se conocían hace tantos años, quizás desde que usaban pañales. Ambos eran niños, pero el rizado era diferente. Siempre supo que las niñas le parecían irritantes, pero amaba estar con los niños. Hasta que empezó a ver a Luka con otros ojos. Supo que nunca iba a poder seguir con su amistad mientras que su amigo sepa eso. Varias veces había llamado marica a algún niño que se le quedaba mirando, y Harry sabía que con él iba a ser igual.

"¿Los niños se pueden enamorar de otros niños?"

"Claro que si Lou." Harry le sonrió.

Louis se quedó pensando un momento mientras veía al rizado.

"Entonces yo me enamorare de ti, Harry."



















LEMONADE • larryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora