Un bosque

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Patrick rascaba su barbilla con un dedo, miraba al frente hacia la colección de bebidas detras de la barra. En su mano todavía estaba el encendedor pero la llama de nuevo se ocultaba bajo la tapa.

-Es una versión deprimente de mi historia

Lester hizo un sonido extraño al reir con la garganta sin abrir la boca.

-Lo siento, es lo que cruzó por mi mente

Patrick bajó la mirada y entrelazó sus dedos sobre la barra. El ambiente en el bar era calido, los murmullos seguían sin ser pesados, los tonos caramelo de lugar le daban un aspecto elegante y a la vez como si estuviera dentro de un vaso de whiskey. Le hubiera gustado sentirse embriagado por el aroma de esa bebida en particular, pero lo que su nariz detectó fue olor a pino y tierra.
Miró a Lester, seguía jugando con el bendito maní. Era él quien tenía esa mezcla de olores, Patrick pensaba que si lograba concentrarse en el aroma tendría la sensación de estar perdido en un bosque.

Un bosque nevado, podía percibir el frío cubriendo como una capa invisible al americano y su nariz helada le daba la razón. Su bosque era de árboles bajos pero frondosos, similar a su silueta; se podía ver el cielo a través de ellos, un cielo tan azul como los ojos que portaba Lester. También sentía la calidez de los rayos de sol colandose entre las hojas de los arboles, era un sol lejano y apartado del frío, anaranjado como cierto abrigo. Con los oídos captaba un rasqueteo inquietante, en su ilusión parecía que algo se frotaba contra el tronco de un árbol, en la realidad era Lester descascarando otro maní. Un olor extra se sumó a la escena, en la nieve pudo ver manchas rojas, todo un camino de ellas, guiaban hasta lo mas profundo de aquel bosque mental. Los arboles se abrieron dando paso a un espacio pelado, en el centro había un tronco cortado que funcionaba como vieja base de un arbol, sobre el un hacha. En el hacha, sangre.

Abrió los ojos con una respiración fuerte y alzó la vista, en el espejo detras de las bebidas se podía ver a sí mismo. Nunca le gustaba lo que veía en el cristal. Giró para ver al americano, en su rostro seguían las pequeñas gotas de sangre salpicada.

-¿Tienes alguna herida?

Lester dejó el maní para mirar a Patrick, parecía molesto por algo.

-No ademas de la nariz rota y el ojo morado

-¿Y por qué la sangre?

-Eso es de..- Lester se interrumpió, sonrió de lado y chocó su mirada con la de Patrick, -¿Por qué no adivinas?

-Muy bien..

Relatos de un bar (Lestrick)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora