Para un cazador, su vestimenta era demasiado llamativa. Un brillante abrigo anaranjado que sería fácilmente detectado en el bosque, botas de invierno con las que no podía moverse rapido y un gorro invernal que constantemente caía sobre sus ojos y luego era acomodado sobre su cabeza solo para volver a caer. Ademas de su vestuario, su método de caza también era inusual; cargaba un viejo martillo en la mano izquierda que colgaba como un péndulo en su andar, esa parecía ser la única arma que portaba. Caminaba despreocupado, una mano colgando y la otra en el bolsillo, sus ojos se movían en todas direcciones esperando algún movimiento, constantemente mojaba sus labios por la fría venstisca que secaba su piel.
Estaba solo, no tenía un grupo o compañero de caza. Tampoco buscaba una presa en particular, solo algo con lo que poder pasar una agradable cena. Las sombras de los arboles se alargaban a medida que el sol se desplazaba por el cielo, la temperatura era cada vez mas baja, llegó el punto en que el bosque era un manto blanco cubierto con luz de luna. El escenario era casi magico, los tonos plata que inundaban el lugar eran hermosos a su alrededor, las rocas parecían brillar y el gran lago congelado que rodeaba el bosque desprendía una soledad abrumadora y neblina helada que llegó hasta la espalda del cazador.
Sus nervios dieron aviso con un temblor que le recorrió el cuerpo. Por primera vez volteó para mirar detrás de sí, el camino que había recorrido pareció desaparecer detras de una cortina de arboles amontonados que se formó repentinamente. El voltear fue su primer gran error, porque el intentar seguir el sendero que se había formado en su mente era imposible, nunca sabría cuanto había rotado su cuerpo o si a donde se dirigía era el mismo punto que había escogido antes. Maldijo por lo bajo y continuó por donde creyó correcto.
Hizo un largo trayecto hasta que esa sensación se hizo presente otra vez. Volteó por reflejo, esta vez empuñando el martillo con fuerza y los sentidos bien alerta. No había nada, solo el blanco paisaje del bosque. Por el rabillo del ojo divisó una sombra, un animal, pensó. Cambió de dirección para seguirlo, olvidando lo que parecía estar persiguiendolo. Llegó a un circulo pelado, solo la base de un tronco se encontraba allí, al rededor había un lobo olfateando el sitio. Sus botas pesadas evitaban que hiciera ruido, se acercó con cuidado a la criatura, mantuvo su respiración calmada, alzó el martillo y lo lanzó. Escuchó un quejido similar al de un perro herido, le dolió de cierta manera.
El lobo yacía sobre la nieve. El cazador lo alzó para ponerlo sobre el tronco y recuperó su martillo, listo para volver a atacar al animal. Cuando lo alzó en el aire, alguien detuvo su impulso agarrándolo de la muñeca y el martillo cayó al suelo. No pudo ver quién fue, solo el cañón de un arma que asomó por su costado y disparó al lobo. Algo de sangre salpicó su rostro, sintió su brazo ser liberado y cuando se dio cuenta estaba otra vez solo. Sin presa u otra presencia. Tomó su martillo, ya era tarde y no se quedaría a esperar convertirse en el cazado. Regresó por donde vino, el camino parecía haberse liberado de nuevo.
Llegó a la ciudad agotado y congelado. Solo quería llegar a su casa y dormir placidamente, pero primero necesitaba quitarse la sensación escalofriante que quedó en su cuerpo. Las luces amarillas de un bar iluminaban la calle desde el interior, parecía un buen lugar. Dejó caer el martillo y entró, dos horas después estaba tranquilo y a gusto.
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Relatos de un bar (Lestrick)
FanfictionDos hombres se encuentran en una interminable ronda nocturna de bebidas donde cuentan historias alternativas de como acabaron en aquel bar. ❕Historia corta ❕Pareja Lestrick: Patrick Melrose x Lester Nygaard ❕Se mencionan temas como alcoholismo y dro...