Capítulo 10. "¿Y si quizás no te has dado cuenta?"

1.3K 170 32
                                    

No he podido dejar de pensar en lo que dije, ¿por qué le dije eso?, bueno, es obvio, es mi mejor amiga y me preocupe por ella, supongo que esto que acabo de decir, es sinónimo de cariño, protección, ¿no?

Estaciona el auto, estamos en su casa, pero no estoy segura de querer quedarme, ni siquiera estoy segura de estar quí, de estar con ella y de nada de lo que mi cabeza piensa o mi boca emite.

- Ven -dijo al abrir la puerta.

- Creo que debo irme a casa.

- No te irás así Barbie.

Bajó del auto y rodeo el coche para acercarse por la puerta del copiloto, baje del auto y caminamos juntas, tome el celular y le envíe un texto a mamá, seguro se iba molestar muchísimo, últimamente los hacía enfadar por cualquier cosa.

Entramos a su casa, subimos las escaleras y nos colamos a su recámara, me metí al baño y me lave la cara, estoy muy nerviosa aparentemente sin razón obvia alguna.

- Te dejo una pijama sobre la cama -grita.

- Gracias.

Salgo, ella no esta y me desvisto a prisa (no sé porque me apena tanto que ella me vea, bueno ella o cualquiera), me meto bajo las sábanas y cierro los ojos, las piernas me están temblando y comienzo a marearme un poco.

- ¿Estás bien? -cruza la puerta.

- Sí, algo mareada.

Se recuesta a mi lado y siento sus piernas desnudas y frías rozar mi piel, una taquicardia invade mi pecho.

- ¿Por qué bebiste tanto?

- No lo sé, creo que me deje llevar -respondo sin verla-. ¿Podrías darme tu mano?, en serio estoy muy mareada.

- Claro.

Entrelaza sus dedos a los míos bajó la sábana, ahora estoy más nerviosa, creo que no debí hacer eso, siento que mi cuerpo tiembla demasiado y pronto lo que siento será difícil de ocultar. ¿Quizás el trago estaba adulterado?, qué estupidez estoy diciendo.

Me giró y ella hace lo mismo, no puedo dejar de verla a los ojos, no podía dejar de imaginarnos juntas y sinceramente algo extraño comenzaba a invadir mi subconsciente, ella es preciosa.

Su mano aferrada a la mía, se acerca un poco más y recarga su barbilla sobre mi cuello, su respiración erizando cada parte de mí, su aroma envolviéndome como una droga y la forma en que me ve, la forma tan perfecta de cuidarme, de conocerme, de hacerme sentir segura y de conocer todas mis facetas y amarlas.

Cerré los ojos intentando que el sueño me venciera y no cometiera alguna tontería, pero mi corazón no lo entiende, giro para ver el reloj, son las tres de la madrugada, la escucho moverse y cuando giro nuevamente, me encuentro con sus ojos atravesando mi alma. Me observa y yo a ella, me he perdido en sus labios, ¿por qué precisamente ese sitio?

- ¿Estás bien? -pregunta.

- Insomnio solamente.

Se acerca un poco más y ahora sí respiración parece haberse conectado a la mía. Estamos tan cerca que puedo sentir su aliento, estamos tan cerca que mis labios parecen no escuchar mis órdenes, tan cerca que solo pienso en lo perfecta que ella es y cuando parece que vamos a ¿besarnos?, simplemente la razón me cae de golpe y me reacomodo alejándome un poco y ella imita mi movimiento.

- Creo que debemos dormir.

- Sí o al menos intentarlo, buenas noches -dice y se gira.

Tan sólo un momento...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora