Capítulo 17. "Quería besarla".

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¿Qué la magia surja? ¿Es magia lo que estoy sintiendo ahora mismo? Porque lo único que quiero es probar sus labios, probar su sabor, llenarme de el y tatuarlo en mis pensamientos, porque por alguna razón, mientras más la conozco, más pienso en ella, más se aparece en mis sueños, más la visualizo en un futuro, más la plasmo en mi diario, en mi corazón y en mi mente.

La veo a los ojos, acaricio su mejilla, me pierdo en sus labios, no sé en que punto comienzo a acercarme, mi respiración se entrecorta, siento palpitaciones, no sé si estoy viva o muerta, no sé si esto es correcto o incluso si es real o me he quedado dormida.

Nuestras narices chocan, la veo a los ojos, observo como ve mis labios, supongo que yo estoy haciendo lo mismo, no sé cuántos segundos han pasado, pero seguramente no son los suficientes, siento como todo mi cuerpo deja de reaccionar, todo excepto mis labios, esos no me están obedeciendo. Apenas puedo, pronuncio.

- ¿Qué estamos haciendo?

- No lo sé...

- Si lo hacemos no abra marcha atrás.

- Ya lo hicimos -respondió.

Y entonces sin darme cuenta, mi mano ya estaba rodeando su cuello, mis labios se unieron a los suyos, que sabor tan peculiar, que sensación tan auténtica. Debo admitir que en el tema de besar a una mujer, soy una neófita, pero ella me hace sentir tan segura, pruebo sus labios delicados, no me separo de ese instante, que me ha hecho sentir música en el cuerpo, letras en el alma y sentimiento el corazón.

 Debo admitir que en el tema de besar a una mujer, soy una neófita, pero ella me hace sentir tan segura, pruebo sus labios delicados, no me separo de ese instante, que me ha hecho sentir música en el cuerpo, letras en el alma y sentimiento el corazón

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Pruebo sus labios, uno en uno, siento el leve roce de su lengua, siento como nuestra respiración se ha sincronizado al igual que nuestros movimientos; jamás había experimentado algo parecido a esto. Si el cielo existe seguro lo he encontrado en sus labios. Creo que ahora mismo hemos roto cualquier récord, no sé cuantos minutos llevamos aquí, he dejado de escuchar, he dejado de preocuparme, sé que la lluvia apacigua el momento y sus labios y sus caricias, comienzan a descontrolarme.

Repentinamente ella se separa, se deja caer de espaldas y yo imito el movimiento, no sé que decir, supongo que ella tampoco y está bien, ni ella ni yo planeamos esto, no sé supone que sepamos como debemos sentirnos, ni siquiera si esto debió suceder.

Bajé del coche bajo la lluvia y ella me siguió aprisa, me sujeto de la mano, me ve a los ojos, ambas estamos empapadas, no sé si su corazón está igual de acelerado que el mío, pero apenas puedo verla a los ojos.

- ¿Estamos bien? -pregunto finalmente.

- Vamos a descansar...

Entramos a la habitación, yo no fui con ella, ni ella me pidió acompañarla, necesitamos espacio o al menos yo lo necesito, necesito pensar, necesito aclarar mis emociones, necesito aclarar el remolino de sentimientos que se han presentado en mi cabeza y peor aún, en mi corazón.

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