Bday

88 1 0
                                    


Resulta que el cumple de Iván fue en febrero y les pilló al inicio del concursooo...

(¿había pandemia, ya? Puf yo he puesto que sí porque este año no sé ni en qué mes estoy...)

- Mientras dure el programa te seguirán poniendo "38", así que eso está bien – lo anima Alberto – Y si nos quedamos aquí para siempre por la pandemia pues vas a ser eternamente joven.

- Sí, yo no creo que se vayan a molestar en cambiar el cartelito... - inspira - casi cuarenta, hermanito... -echa todo el aire de golpe- me parece una locura. Que yo me veo como si aún tuviera 20 o 22... 26 como mucho.

- Como Andy -se sonríe Alberto.

- Igualito, sí.

Les distraen las risas del fondo. Están tratando de ayudar a Juana a colgar bien una de las guirnaldas que tiró al pasar al lado de la mesa donde están las empanadas.

Andy le ayudó a disponer todo el ágape.

- ¿Habéis discutido otra vez o algo? – dice Alberto e Iván separa la vista del grupito que se ha apiñado al fondo a mirar cómo, al haberse soltado de uno de los extremos que la sujetaba, la guirnalda se mueve por el viento.

- ¿Eh? No, no, para nada... ¿Por qué dices eso?

- Se ha ido muy pronto. Ya sabes que yo os shippeo, eh.

- Muy gracioso. Salió antes acompañando a Ana que se encontraba mal.

- Y aprovechó para escaquearse de la fiesta.

- Pues ya ves que sí. No me voy a ir a buscarlo.

- ¿No?

- No.

- ¡Oye, no me mires así!

¡Bien por Juana! Grita, precisamente, la madrileña. ¡Te queremos Juanita! Se unen los otros en coro.

Se escuchan aplausos alabando el gran éxito de la mujer: haber usado el gancho de las cortinas para dejar de nuevo bien puesta la hilera de papelitos de colores.

Alberto se sonríe, la adora. La mirada se vuelve más inquisitiva cuando la vuelve hacia Iván, preparando el gesto.

- Que no te mire... ¿cómo, exactamente?

- Así. No, para, idiota – le da con un almohadón del sofá – Para ya te he dicho...

- ¿Resulta incómodo o algo?

- Joder, sí. Es como si... yo qué sé quisieras rollo o algo... da escalofríos, nene.

- Pues me limitaba a imitar cómo os miráis los Ivandy.

- ¡¿Los... qué?! – cierra los ojos y se pasa la mano por la frente hacia el pelo - ¿Nos has puesto nombre?

- Nombre ingenioso, añadiría yo – se ríe el más joven.

- Te odio.

- Bueno, no todos podemos ser tan afortunados como el abogaaado.

- Cá-lla-te.

- ¿Por estos, dices? Bah, pero si no están prestando atención... - y para demostrarlo aplaude y gesticula hacia el grupo - ¡Grande, Juana, tú sí que sabes! Que voy a hablar más bajo, si eres la mejor pues se dice. ¡Vamos todos: Juaaana, Juaaaana! – se gira en un movimiento que resultaría cómico si no fuera porque a continuación le mira con una sonrisa muy pronunciada - bueno, nosotros a lo nuestro - bajando el tono de voz a un susurro - ¿Y cuál es la estrategia? Más nos vale que sea buena..., ese chico se las sabe todas.

- Mira, Alberto, hermano, que yo te quiero y tal, pero tú estás muy mal de la cabeza... -le hace gracia verle demostrar su desinterés con un gesto de la mano – No hay ninguna estrategia porque no hay nada sobre lo que hacer una.

- Puffff. Se me ocurre... A ver, que a mí me parece un poquito insoportable, pero por ti me sacrifico..., entonces, ¿comparto yo con José María y así tú...? – suelta una carcajada - ¡Te has puesto rojo! ¡¡Te has puesto rojo!!

- Niños, que os pasa – se acerca Juana.

- Estamos hablando de amores, Juani.

- ¡No! No estamos hablando de nada de eso – responde la voz ahogada de Iván.

- Yo echo mucho de menos a mi marido también... no a mi cuñada, que es un poco bruja y siempre la tenemos por casa oliendo. Os digo que no es buena persona. En Navafría siempre se decía del abuelo que era también un

- ¡Chicos, vengan a comer más tarta! – les llama Luna

- Vamos, vamos... – sonríe Alberto, incorporándose del sofá y tomando del brazo a Juana para ir con los demás, mira hacia atrás – pero esto no se queda así – guiña un ojo - estrategias, ve pensando... ¡Será por tiempo!


(...fin)

Ivandy: PruebasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora