Música

98 6 0
                                    


Olvidó el violín en casa, pero durante la cuarentena toca con su guitarra Forty Nights de The Kooks y todo ese pop indie que le recuerda a las noches de playa y viajes por la costa.

Quiere animarse con algo más alegre pero se descubre tocando cosas melancólicas... tarda tres canciones en darse cuenta de que ha tocado ya dos veces de Paolo Nutini.

I'll be there waiting for you (all the angels and their halos)


(All of they do is keep me waiting and waiting)

Recuerdos de sombreros de paja y risas entre ropa de lino, pelo revuelto por la brisa del mar y rostro hipnotizado por las hogueras de la playa.

No pares de luchar, de esforzarte... ¡Vamos! Si lo quieres, puede podría ser tuyo...

Siempre fue su lema. En su casa no conocen otro.

"Nunca dejes de soñar"

Sabe qué le dirían aquí. ¿Otra de tus citas? Ésta de quién es, ¿Freddy Krueger? Alberto. Se niega a pensar en Iván. Y los demás...

No merece la pena.

El trap le llega cada día cada noche desde el salón, ni se molesta en sorprenderse... ¿Es él acaso el único que madruga?

Levantarse a las seis y cuarto, poder desayunar algo rápido, ponerse el traje de baño y disfrutar de la piscina sin que nadie ande chapoteando alrededor, queriendo mantener una conversación tan incómoda como falsamente cordial...

Madruga, amanece cuando la casa está en penumbra, cuando hay calma...

Un baño revitalizador, largas brazadas, agua que lo despierta y lo mantiene cuerdo el más sensato de ese gallinero para luego disfrutar de un desayuno contundente, relajado, mientras mira salir el sol sobre el agua formando ondas anaranjadas que se van difuminando sobre el azul...

It gets me there nonetheless

I'm a heartless man at worst, babe

And a helpless one at best

Es en esos momentos cuando se permite sacar la guitarra del estuche, llevarla al velador y desayunarse con los grupos de música que le gustan. No, no toca Taburete, muchas gracias. Podría hacerlo si quisiera pero hay grupos mejores

Viaja con sus manos; con ellas fabrica los olores de su cocina, con los dedos de su mano rasga las cuerdas de su guitarra que lo ayudan a transportarse a otro lugar donde todo es mejor, donde él tiene control total y sus sentimientos no son manejados por tres bufones pretenciosos desde la tarima de un concurso.

- Tocas bien.

Parece sorprendido.

- Buenos días, Iván.

- No, por favor, no dejes la guitarra. Sonaba bien y me he asomado a – lleva zapatillas de estar por casa - ¿Quieres? – le ofrece su propia taza de desayuno.

- Gracias – responde señalando a su mesa.

Tiene una buena variedad de cestitas con galletas, frutos secos, embutido..., incluso el bizcocho que hizo ayer.

Desayuna como un rey, almuerza como un príncipe, cena como un mendigo

Iván se sienta a su lado - ¿Te sabes algo de Galicia?

El rey de los postres lo mira sorprendido.

- ¿Me estás pidiendo una canción, Iván?

- Bueno -baja la mirada como esas chicas que piden canciones al DJ y, a veces, hasta un beso, pero la voz no hace ninguna inflexión-, los de Madrid habláis mucho de la movida madrileña, pero todo comenzó en Vigo, ¿sabías?

Ivandy: PruebasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora