MukeCash Stories | OS's

0.1 | ~Discusiones~

•[🥀]•

La ventana estaba empañada por el calor que había en la habitación, solo se podían distinguir las pequeñas gotas que resbalaban por el vidrio. La lluvia no cesaba desde hacia ya tres horas, las mismas que llevaba el castaño sentando sobre el borde de la cama con la vista perdida en algún punto de la pared.

De vez en cuando soltaba algunos suspiros que mitigaban las intensas ganas de llorar por todo lo que había sucedido, sus manos temblaban por los nervios y su respiración era irregular. Mordió el labio inferior y empuñó las manos con fuerza, sabía que debía controlarse porque su impulsividad solo podía hacerle una mala jugada.

Tenía miedo de escuchar las llaves chocar con la mesita de la entrada, esperaba que sus oídos no fueran los que le avisaran que el momento había llegado. Una notificación en su celular sonó, con desgano lo sacó de su bolsillo para revisarlo.

Amor:
"Dónde estás? estoy preocupado Ashy "
[18:06]

Una lágrima logró escaparse, sintió su corazón estrujarse tanto que el pecho le dolió al punto de presionarlo con su mano, aún recordaba el momento exacto que lo llevó a la depresión.

Amor:
"Estoy llegando a la casa."
[18:08]

Y el llanto se hizo presente, no podía ocultar más su dolor.

Se levantó y dirigió sus pasos hasta la cocina, donde sirvió un poco de agua la cual intentó beber, pero no podía, estaba tan desconsolado que le era imposible siquiera mantener estable el vaso.

— L-lo prometiste—sollozó dejando caer el vaso.

Sintió las piernas temblar y cayó sobre sus rodillas, enredó los dedos en sus hebras onduladas y las halaba con desespero, estaba ahogado con sus palabras, así que tomó la libertad de gritar y quedar, ahora, en una posición fetal empapado con el agua recién servida y sobre algunos cristales regados por el suelo. Cualquiera que lo viera en semejante situación sentiría una pena muy grande por aquel hombre.

Los sollozos a grito herido eran tan altos que no tuvo oportunidad de escuchar cuando la puerta principal fue abierta. Realmente había una sola palabra para describir la expresión del moreno: impactado.

Sus pies se clavaron al piso al notar a su esposo tendido mientras lloraba de una manera bastante alarmante. Agitó su cabeza para volver a la realidad y cuando lo hizo, corrió hasta Ashton para acunarlo en sus brazos.

—¡Cariño, qué pasó aquí!— cuestionó al notar los trocitos de vidrio.

Pero no hubo respuesta, estaba en un colapso por lo que articular alguna palabra coherente le iba a costar.

El pelinegro frunció los labios y sintió un amargo sabor en la boca. Besó la frente de su amado y espero hasta que éste recuperara la calma para poder hablar y de una vez por todas entender semejante escena con la que se encontró.

(...)

Varios minutos pasaron, fueron tan eternos que sus brazos se desprenderían en cualquier momento. Ashton recuperaba el aliento, y ya un poco más sereno por fin logró hablar.

—Vete, Calum— murmuró mientras se removía en los brazos del nombrado para levantarse-. No me hagas más daño.

Calum lo veía con incredulidad, ¿acaso él era el culpable de todo esto?