- Oh, ya veo, sentí que te tomaste más tiempo.
Dijo acercándose al menor examinando cada detalle que ahora fuera distinto en su maquinaria. Vio las bolsas que trajo, sólo les echó un ojo y las llevó a la cocina. Notó que estas aún tenían la boleta que llevaba el precio, cayendo en una pequeña depresión al ver cuánto había pagado, alterándose corriendo a tomar de las ropas al rubio, sacudiéndolo.
- ¡GENOS! DEBES SER MAS CUIDADOSO CON LO QUE COMPRAS, HABRÍAS GASTADO MUCHO MENOS SI HUBIERAS ESPERADO LA PROMOCIÓN DEL VIERNES.
Gritaba con frustración como si fuera la acción más deplorable que alguien pudiera cometer. Al fin lo soltó y caminó a la cocina refunfuñando en voz baja, metió los productos al congelador evitando usar estos, obligándose a ahorrar cada trozo que comerían de ello.
Apagó lo que ya tenía preparándose en la cocina, y lo dejó enfriar. Tomó asiento junto al menor y tomó una revista.- Este, Genos, yo… No quería ser tan cruel con lo que dije, es solo que debes ser más cuidadoso, el dinero no crece en los árboles.
Abrió la revista y la puso en frente de sus ojos como si eso pudiera evitar la incómoda mirada que mantenía hacia el contrario, sus mejillas entraron a sonrojarse, muy levemente, un desliz que le hizo entrar una duda: ¿Estuve preocupado por él? Suspiró pesado y dejó la revista sobre la mesa, se giró y le tomó por la ropa nuevamente en un ataque de ira incomprendida.
- Además para la próxima procura avisar que no volverás antes, estuve esperando a que volvieras, incluso pensé que no ya no volverías, casi elimino lo que habías dejado acá, no se qué te hubiera dicho si tus cosas estuvieran ya en la basura, hubiera sido vergonzoso o algo así.
Su rostro volvió a ser el despreocupado de antes, y se relajó, había sacado la preocupación de su interior, aunque eso había detonado algo más en su ser, las temibles ganas de tener pareja. No lo notó directamente, pero sí era extraño sentirse abrumado por una sensación como lo es extrañar.