Por suerte para el joven Agreste, el ya había estado en diferentes oportunidades en la casa de la familia de panaderos, tanto su forma civil como su forma heroica conocían bien ese hogar. Tal y como le habían indicado subió las escaleras y la puerta de la casa estaba sin llave, eso no impidió que se sintiera como un invasor en ese domicilio con aroma dulzón; se acercó a la trampilla que desemboca en la habitación de su compañera y enamorada, y golpeo suavemente esperando una respuesta.
Al no recibir respuesta entreabrió avisando de su incursión, aun sin contestación se adentró en la recamara de su amiga; el lugar le resultaba bastante conocido tras tantas visitas nocturnas, empezó a ojear cerca del escritorio algunos diseños que la chica había hecho, presto atención cuando paso cerca del baño por si ella se estuviera bañando, la recamara estaba en completo silencio...
- Donde estará Marinette? –observo a su alrededor hasta que arriba se escuchó un suave ruido y un pequeño murmullo, subió las escaleras hasta el lugar donde se ubicaba el lecho de su objetivo y allí la encontró, plácidamente dormida, como un bello ángel recién caído del cielo- debes estar agotada –murmuro a conciencia que la joven ni le escuchaba, ella hablo en sueños algo que el no logro entender y se movió haciendo que un mechón de aquella cabellera similar al velo nocturno cayera sobre su rostro. Suavemente y sin apenas pensarlo acomodo dicho aladar y acaricio el pelo azabache que tan loco lo traía últimamente, en ese momento la joven aun medio adormecida entreabrió los ojos y él le brindo una dulce sonrisa- buenas tardes Marinette
- ¿Adrien? –murmuro creyéndolo parte de un sueño, cuando sintió la calidez de la caricia que el rubio estaba brindándole, cayó en la cuenta que no estaba soñándolo y que a contrapartida dicho acto estaba tomando lugar en la realidad- ¡Adrien! ¿Q-que... haces a... aquí?
- Perdón por asustarte Marinette... vine a verte y traerte algunas cosas tras la escuela –ella se notaba cuando menos sorprendida de tener a aquel zagal que le robaba suspiros en su recamara, de modo tal que no pudo menos que sonrojarse de la vergüenza siendo malinterpretada por su contemporáneo como parte de su enfermedad- ¿aun sigues con fiebre? –consulto colocando su mano en la frente de la damisela tal y como su madre solía hacer cuando el era niño y enfermaba- mmm... por suerte no...
- N... no... -realizo una corta pausa pensando que decir- mmm... ¿me darías un momento por favor?
El joven comprendió que quería un poco de privacidad para cambiarse de ropa, motivo por el cual tras pedirle disculpas a su amiga bajo las escaleras aguardando a por ella. Por su parte la muchacha no podía comprender como es que sus padres habían dejado entrar al rubio a su recamara y tratando de calmarse velozmente se colocó un sutil vestido floreado con unas calzas negras, cuando logro serenarse (no sin mucho esfuerzo) respiro hondo y bajo la escalerita agarrando sus moños en el descenso...
- Ahora si... -dijo volteando y permitiéndole a su secreto enamorado vislumbrar sus orbes a la par que cuidadosamente recogía la mitad de su cabello y lo ataba en una de sus clásicas coletas- dime Adrien, ¿en qué te puedo ayudar?
- P...perdón por la intromisión... golpee y al no recibir respuesta ingrese ya que tus padres me habían indicado que aquí estarías –trago pesado, intentando sin mucho éxito relajarse para darse a entender de forma correcta- como no viniste a clases nos preocupamos por ti, si bien Alya no informo que había sido decisión de tus padres quise venir a ver como estabas y traerte los apuntes de ayer y hoy
- Muchas gracias Adrien, me viene genial tener los apuntes –al tratar de realizar la segunda coleta esta se había enredado entre sus delicados dedos y su cabello dejándola trabada- auch... ¿ahora que ocurre?
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Secretos de amor tras la mascara
FanfictionQuien sabe realmente que es el amor? Que hacer cuando empiezas a sentir cosas por mas de una persona? Adrien esta seguro de amar a Ladybug, pero que ocurre cuando empieza a sentir algo por su compañera de curso Marinette Dupain-Cheng, ella por su pa...