Capitulo 6: Fiestas de muerte I

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Mientras caminaba por los pasillos de una casa de estilo neo-colonial con trabajo en piedra gris y pintada en un tono marrón mezclado con vino. Por dentro contaba con motivos en art nouveau, sin prescindir de trabajos en piedra, molduras en madera, y ciertos toques de la historia bíblica haciendo énfasis en Lucifer.

Al entrar a la oficina de su padre tomó asiento en uno de sus sillones góticos.

—¿No estás preparándote para mañana? —preguntó su padre sin dejar de ver los libros y vistas que tenía al frente.

—No, quería pedirte permiso para... faltar —dijo sin mirarlo a los ojos, respiró hondo y levantó la mirada—. No quiero estar en la cena de mañana.

—¿Me veo como la madre Teresa? Por supuesto que no vas a faltar —dijo su padre dejando todo de lado—. Es la noche más diabólica del año ¿y quieres faltar? No te dejaré... ¿qué es tan importante? —preguntó como si el tiempo se detuviera, echándose atrás y comenzando a juzgar.

—Nada, solo quisiera hacer otra cosa que no fuera derramar sangre en recién nacidos u oficiar una canción en el nombre del diablo. Algo como ir al callejón del ITSON y ponerme peda —se levantó a caminar por la oficina mientras hablaba.

—¿Estás loca? Eres de vital importancia en estas cenas, además eres más madura que esos neandertales y golfas que se emborrachan en una banqueta y practican el beso de 3 —dijo con una seriedad demostrando repulsión—. No faltarás, es mi última palabra, es eso o mandarte a vivir a la fortaleza siendo vigilada las 24 horas por.

—Lilith interrumpió molesta—. Por Blake, lo último que debes hacer es confiar en Blake. Y honestamente Blake me tiene harta, no me deja ni ir al baño.

—Hija, Blake es demasiado codiciado, aprovechalo o se te irá la oportunidad. Además sabes que es su trabajo, un trabajo que yo le dí con el objetivo. —Lilith interrumpió a su padre otra vez.

—Con el objetivo de que yo no caiga en tentaciones y esté lista para la llegada de nuestro señor. Es de las cosas más machistas que he oído, así como su forma de pensar y sus intentos de ligue; simplemente estoy harta —dijo saliendo con paso acelerado de la habitación, azotando las puertas detrás de si, estas al ser de cristal se partieron quedando antiestéticas.

La mirada de Saúl se perdió un momento mientras escuchaba a Joel hablar por la videollamada.

—Chale que no estarás en la cacería de este año bro —dijo Joel con el gran comedor de la casa de fondo.

—Lo sé, voy a hacer algo diferente, voy a ir a una fiesta, cierran una calle entera y se empedan, se oye cabrón, iré con unos weyes que conocí aquí —dijo hacia el ordenador.

—Todo bien, yo también tengo una fiesta acá, me iré después de la cacería —Joel algo emocionado.

—¿Una de esas a las que vas? —preguntó Saúl.

—Así es, con show de drags y todo —Joel comenzó a reír.

—La puerta de Saúl comenzó a ser llamada— debo irme, voy a resolver cosas con mi disfraz.

La llamada terminó y Mauricio entró, ambos se pusieron a trabajar; Saúl no sabia qué ponerse y Mauricio resultaba de gran ingenio en cualquier momento, incluso era el encargado de corregir los errores de Saúl en algunas de sus tareas. Mientras hacían un desastre con su ropero, Mauricio soltaba opciones basándose en su ropa: "¿Dany Zucko?" "No"; "¿Sky de Mamma Mía?" "No"; "¿Christian de Moulin Rouge?" "No"; "¿Jason Dean?" "Debe de haber una opción que no tenga que ver con Broadway o películas de culto". Ambos siguieron buscando hasta que Mauricio por fin encontró un opción en una maleta sin desempacar.

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