TACHAS
Elijo no decir una palabra a Tracy de lo que acordamos con Carl. No porque no confíe en ella sino porque me cuesta confiar en su bocaza. Además, parece ya muy concentrada en sus problemas maritales con el idiota de Theo como para poder escuchar a un amigo que le quiere contar sus íntimas suculencias.
No es que no le quiera a Theo, es un amigo y mi compañero de casa, un colega desde hace años que tiene buen corazón, pero se puede comportar como un verdadero idiota en ocasiones. Como para poner a sufrir a las chicas, realmente no entiendo cómo es que a veces deciden sufrir por un imbécil tan grande como él, partiendo por Audrey y ahora yendo a una chica que es la contracara de ella, su opuesto, como sería el caso de Tracy.
Así que paso todo eso por alto y doy un ligero suspiro mientras miro el extraño reflejo que me devuelve el cristal del espejo.
¿Ese es Tachitas?
Camisa blanca prendida hasta el cuello, los tatuajes transparentándose por la tela, jeans negros rasgados en las rodillas y unas Converse lisas negras.
No, ese no soy yo.
Así que busco un collar pequeño negro con tachas que lo cruzo debajo del cuello de la camisa y ahora sí me siento de regreso a mi propio estilo.
Caray, Cacarl, ¡mira lo que hago por ti!
—Hey, qué cuentas.
Carl se acerca a mí, e intento abrazarle en un gesto de saludo. Algo entre colegas nomás, no es que vaya a frotar mi cosita contra la de él.
Pero se aparta como si pudiese contagiarle una enfermedad peligrosa, como si trajese la próxima pandemia a este mundo.
—Tranquilo—le digo—, no iba a besarte. Aún.
Él se enrojece como un tomate y observa alrededor, supongo yo, para corroborar que nadie que pase por la calle nos escuche.
Ahora mismo estamos en mitad del centro comercial de Iconic Valley, un pequeño sector de varios comercios, locales nocturnos y una plaza central. No es un lugar grande ni de furiosas urbes, pero sí me alcanza para saber que estar cerca de él podría levantar algunos prejuicios en algún que otro conocido que tengamos en común.
Como bien se sabe, infierno chico pueblo grande. O al revés. O ndeah, kmo sea.
—No esperaba verte de camisa—me suelta caminando a mi lado en dirección a la librería. Claro, cada uno con sus prioridades.
—Yo si a ti.
—Me copias.
—¿Tu estilo? Es único, bebé.
—Hey—me mira como si me reprendiera. Se lo ve realmente tenso.
Esta es la parte en que mi sentido común me dice "okay, creo que ya me has incomodado suficiente". Pero soy así, no puedo evitar expresarle mi amor a una ricura como es él.
Seguramente si mi vida fuese una serie para internet, nadie aceptaría mi personaje por ser "demasiado liberal".
Pero aquí estamos.
Aceptando que un chico, probablemente demasiado bueno para mí, esté decidido a brindarme una segunda oportunidad luego de que falté a su confianza.
—Carl, te debo una disculpa—me atrevo a decirle mientras andamos uno al lado del otro—. Sé que quizá no debía haberle dicho a Tracy lo tuyo aunque fuese tu amiga.
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Chicos Buenos | COMPLETA
RomanceTodos saben que Tachas no es un buen ejemplo, pero...podría enamorarte con su cigarrillo entre los dientes y su boca de muerte. Tatuajes, bandos enemigos y una buena dosis de músculos intimidantes que te pondrán a cien. Porque chicos buenos eran los...