Capítulo 3

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Al ver a Ava en el piso, corrí hacía ella y la senté a la orilla de la cama, tenía una mirada perdida y un rostro pálido, aunque le hablaba tenía el presentimiento de que no me estaba escuchando. Fui a su mesita de noche y saqué su reloj para abrir un portal y llevarla con Gideon para que la revise, pero justo en ese momento ella reaccionó.

— ¡Sara! —. Dijo mi nombre como recobrando el aliento.
— Hey aquí estoy, ¿cómo te sientes? —. Me senté a su lado y la abracé acariciando su cuerpo. — Me tienes asustada.
— No lo sé, me siento... confundida, pero el dolor que me estaba taladrando la cabeza ha desaparecido —. Dijo mientras sostenía su cabeza.
— Estaba a punto de llevarte con Gideon para que te revise, así que vamos.
— ¿Qué?, no, descuida ya me siento mejor, de verdad que el dolor simplemente desapareció.
— Aun así, eso no fue nada normal y no está de más que te revise.
— De verdad que ya me siento bien, bastante bien de hecho, regresemos a dormir ¿sí?

De no muy buena gana acepté su petición, solo porque de verdad tiene un mejor semblante y sé que no miente al decirme que ya no tiene dolor. Regresamos a la cama y ella recargó su cabeza sobre mi pecho, yo llevé una de mis manos detrás de mi cabeza usándola como almohada y con mi otra mano la abracé, estuvimos unos minutos hablando de lo sucedido, estaba claro que ella no le dio mucha importancia y se quedó dormida, sin embargo, a mí me costó conciliar de nuevo el sueño, no podía dejar de pensar en lo que sucedió y me da un mal presentimiento.

Los suaves y cálidos labios de mi novia me hicieron abandonar el mundo de sueños en el que me encontraba y al abrir mis ojos, ahí estaba la sonrisa más bonita que he tenido la oportunidad de ver, por cosas así agradezco estar viva. Me dio tranquilidad ver a Ava llena de energía, empezó a bromear con que habíamos dormido demasiado puesto que ya pasaba de medio día y que moría de hambre, propuso salir a comer y yo acepté.

Se me antojó comer pasta y ella estuvo de acuerdo, estábamos pensando cual restaurante sería ideal y ninguna de las dos supo cual elegir, sin duda estamos algo desactualizadas de las cosas que nos rodean en nuestro presente, no cabe duda que estos últimos años solo nos hemos enfocado en los viajes en el tiempo. Después de leer algunas referencias en Internet nos decidimos por uno que no estaba muy lejos del departamento, por lo que decidimos caminar para llegar a un restaurante italiano que habían abierto hace poco.

Llegamos al restaurante y tenía un ambiente agradable, realmente era lindo y la comida estaba deliciosa.
— ¿Sabes que no salíamos a un restaurante desde nuestra primera cita? —. Dijo Ava terminando de comer su pasta.
— Justo en eso estaba pensando, de hecho creo que no hemos tenido muchas citas, todo siempre ha sido nuestro trabajo y estoy pensando que deberíamos cambiar un poco eso, hacer cosas más normales de pareja.
— Las cosas normales no van con nosotras —. Dijo muy segura y pidió la carta de postres al mesero.
— Lo sé y es lo que amo de nuestra relación, pero ahora que tenemos tiempo libre podemos aprovechar, ¿recuerdas que te dije que me gusta bailar? —. Le sonreí y le di un trago a mi copa de vino.
— ¿Bailaras para mí? —. Me miró curiosa mientras recibía la carta que pidió al mesero.
— Tal vez... Pero estaba pensando en ir a un lugar a divertirnos, por unos tragos, bailar y esas cosas de parejas normales —. Dije mientras jugaba con el líquido de mi copa y ella soltó una risilla con mi último comentario.
— Estás loca Sara Lance, aunque admito que me agrada la idea creo que hacer cosas "normales" puede ser divertido.

Después de acordar el plan de salir, Ava pidió como postre tiramisú para ambas y seguimos hablando de otras cosas que nos gustaría hacer como pareja, descubrir nuevos hobbies, viajar y se emocionó mucho cuando le dije que me gustaría presentarle a mis amigos de Star City.

Tal y como lo hablamos esa misma noche salimos a bailar, bebimos, la pasamos muy bien, fue muy divertido y decidimos que queríamos más y disfrutar nuestro presente. Por lo que empezamos a realizar un sinfín de actividades, desde cosas tranquilas como ir al cine, teatro, conciertos, aprender a cabalgar hasta cosas extremas como parapente, rapel, alpinismo, esquí, me sorprendió saber que conoce de motocicletas así que hicimos motocross, le enseñé un poco de parkour y le fue muy fácil aprender. Agradezco que ambas somos mujeres con una buena condición física, fuertes y hábiles, eso nos permite disfrutar deportes extremos sin preocupación y divertirnos más.

Te salvaré como me has salvado a mí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora