Mal día

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La mañana del viernes desperté con un terrible dolor de cabeza, había tenido la misma pesadilla que hace un par de meses me perseguía sin dejar descansar.

Fue por ello que andaba de un humor de perros, así que opte por ir caminando de nuevo a la universidad, tal vez caminar despejaria mi mente. Oh pero que equivocada estaba.

A la cuadra siguiente de mi casa un auto negro se paró junto a mi. Debo admitir que yo no sé nada de autos pero este se veía especialmente caro y nuevo. La ventanilla se bajó permitiéndome ver al conductor y tenía que ser el único idiota que llevaba toda la semana interceptando me por los pasillos. Sasuke-jodido-Uchiha.

- Sube Cerezo, te llevo - aquello sonaba como una orden y a mí nadie me ordena.

Preferí ignorarlo y seguir con mi camino, él avanzó el auto a mi lado. 

- No seas terca, sube - fingir que no existía se estaba volviendo mi actividad favorita - te voy a tener que subir si no obedeces, te lo advierto - su voz sonaba más gruesa y su celo estaba fruncido.

- Si te atreves a acercarte a mi, grito - lo mire con odio y el rodó los ojos, avanzó más que yo y se detuvo.

Bajo del auto y se acercó hasta llegar a mi más deprisa de lo que imaginaba. Yo trate de correr pero el ya había tomado mi brazo. Forcejeamos en medio de la calle.

- Suéltame.

- Deja de pórtate como una niña. Quiero hablar contigo - dijo molesto e intensificó su agarre sobre mi brazo.

Fue entonces que comencé a gritar como desesperada llamando la atención de todos los transeúntes.

Varios hombres se acercaron y lo apartaron de mí, me dijeron que corriera y yo por un momento dude. Quizá fui demasiado lejos, mis ojos conectaron con los suyos llenos de furia. No lo pensé más y eche a correr.

Más tarde ese día me dirigía junto a Ino y Karin para ver el partido de fútbol del equipo de la universidad contra otra vecina. Al parecer Naruto, el hermano de Ino jugaba en el equipo.

Para empeorar mi tarde en el camino nos encontramos a tres chicas nada agradables para nuestro gusto. La cabeza del grupo paso junto a Ino golpeándola con su hombro en busca de hacerle daño.

- Engordas te querida, ya no cabes por el pasillo - dijo Ino furiosa.

Hinata, su hermana menor Hanabi y  Ten ten nos miraban con desprecio sobre todo a Ino. Soltaron una risa tonta llena de burla y siguieron con su camino.

- Maldita zorra doble cara. Cómo la odio - decía Ino apretando los dientes hasta que los escuchamos rechinar.

- Solo ignorala, no vale la pena - le dije sonriendo, aunque sentía exactamente el mismo odio.

Hinata había sido nuestra amiga desde el jardín de niños y siempre se mostraba como una niña timida y dulce por lo que Ino y yo cuidamos de ella. La defendíamos de las chicas que la molestaban, le brindamos ayuda con sus inseguridades y sobre todo le ofrecimos nuestro sincero cariño. Las cosas parecían ir bien pero apenas hace dos años que todo había cambiado.

Ino estaba por audiciones para el grupo de baile, algo en lo que siempre se había destacado, y como siempre había alentado a Hinata para entrar pues decía tener deseos de hacerlo pero  no sé atrevía por vergüenza. Desgraciadamente todo aquello era un teatro pues solo robo la coreografía que Ino había preparado para entrar, logrando así ganarse felicitaciones por dicha coreografía y el puesto que correspondía a Ino.

Después de aquella puñalada por la espalda, Ino la perdono pues todos los años de amistad valían más para ella que un grupo de baile. Lo peor fue que conforme pasaba el tiempo Hinata mostraba más su verdadera cara. Había conseguido poner en contra de Ino a las amigas que compartían y había estado a punto de hacer lo mismo con Naruto pero cuando me enteré de todo lo sucedido viaje hasta Konoha para ponerle un alto.

Maldito UchihaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora