Sakura Haruno

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Después de compartir aquel íntimo momento empecé a ver a Sasuke con otros ojos. Comencé a entenderlo y a verlo como alguien más humano y no la porquería que aparentaba.

Caminamos por la playa un rato hablando de cosas triviales y en algunos momentos solo nos dedicamos a escuchar las olas y el viento. Siendo sincera me la estaba pasando mejor de lo que pude imaginar.

- ¿Por qué dijiste hace un rato que volví a golpear tu ego? - el silencio era agradable pero tenía algunas preguntas rondando mi mente.

Él me miró con algo de reproché pero enseguida sonrió de esa forma genuina que había estado haciendo en la última hora.

- Sak no me golpearon por ti - lo miro desconcertada pero lo deje seguir - esos tipos no me tocaron, de hecho les dije que me habías robado y te habían dejado ir - se rió entre dientes - les dije que eran unos idiotas y volví al auto. Ambos golpes me los hice una noche antes - su mirada se clavo en sus puños cerrados por un momento - en una pelea con un idiota - guardo silencio y yo no sabía si debía hablar.

- ¿Con quién peleaste?

Suspiro profundamente, paso sus manos por todo su rostro y su cabello. Me miró de nuevo y sonrió.

- El jueves en la noche salí con Naruto a beber un poco, en el bar encontramos a unos tipos que estaban molestando a una chica y Naruto se puso algo bruto, queriendo defenderla y terminamos rodeados de un montón de borrachos - se encogió de hombros restándole importancia - por la mañana ya traía ambos golpes y tú no lo notaste. Ese es otro golpe a mi ego, que no reparaste en mi ni un poco.

Me quedé en shock pues en verdad no le había puesto atención, no me había percatado de que aquellos golpes ya estaban ahí. No sabía si sentirme orgullosa o culpable.

- Eres muy diferente a todas las chicas Sak.

Escuchar que me llamará así removió algunos sentimientos. Solo alguien me había llamado Sak en el pasado...

- Lo siento.

- ¿Por? - bueno yo no lo sabía, solo me encogí de hombros.

- Creo que por no ser como todas y golpear tu ego - soltó una carcajada y yo reí con él.

- Jamás te disculpes por ser diferente, eso me gusta - mis mejillas se colorearon un poco y me sentí nerviosa ante sus palabras. No supe que responder.

Entramos nuevamente a la casa con la promesa de cocinar algo juntos para comer.

Decidimos hacer lasagna, mientras yo me encargaba del bechamel el picaba un poco de zanahoria y condimentada los demás ingredientes con música de fondo.

- Tsunade no es tu madre ¿Cierto? - Wow justo a la herida.

- Que sutil eres.

- Lo siento, el tacto no es mi fuerte.

Ambos guardamos silencio y continuamos con nuestros deberes hasta que metimos la lasagna al horno.

- No imaginaba que supieras cocinar.

- Kushina me enseñó un poco cuando mi madre murió. Cada que puede nos lleva algo de comer por qué odia que mi padre pida comida por teléfono, dice que no es sana  - soltó una casi imperceptible risa - ¿A ti quien te enseño?

- Cuando viví en la aldea de la arena conviví mucho con la familia de... Mis mejores amigos, su abuela me enseñó a cocinar, siempre decía que toda mujer debía saber cocinar.

Cuando la comida estuvo lista comenzamos a comer mientras hablábamos sobre los partidos que seguirían para el equipo de fútbol. Al terminar ambos comenzamos a recoger todo y de la nada Sasuke comenzó a abrirse de nuevo.

Maldito UchihaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora