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Diecisiete años atrás

- Nietzsche dijo una vez: "El hombre es una cuerda tendida entre el animal y el superhombre. Una cuerda sobre un abismo. Es peligroso pasar al otro lado, peligroso mirar atrás, peligroso estremecerse y pararse". Así como deben luchar por la grandeza individual, y deberán luchar, ya que no les llegará por cuenta propia... también recuerden que no hay individuo más fuerte que el conjunto.

Los siete niños esperaban pacientemente la orden de su padre en los pies de la escalera. Al terminar de apuntar en su libreta, Sir Reginald Hargreeves miró a Vanya, indicándole que tocara el silbato. Al escuchar el pitido, los hermanos, empujándose unos a otros, corrieron escaleras arriba, compitiendo por ver quien llegaba primero hasta donde Sir Reginald y Vanya se encontraban. Como era costumbre, Número Uno encabezaba la carrera; sin embargo, fue rebasado por Número Dos. En cambio, Antheia subía los escalones con pereza, siendo la última.

- ¡Número Seis, apresúrate! – ordenó Sir Reginald.

La joven de ojos azules bufó con fastidio, odiaba los entrenamientos que su padre le implantaba a ella y a sus hermanos. En un abrir y cerrar de ojos, Número Cinco apareció a unos escalones delante de los demás, llevando la delantera.

- ¡No es justo! ¡Cinco hace trampa! – se quejó Diego con furia.

- ¡Él se adaptó! – corrigió su padre.

Al escuchar la palabra "adaptación", Antheia decidió utilizar sus habilidades. Número Seis miró a sus hermanos haciendo que sus iris relucieran de un azul brillante, y usando su manipulación mental hizo que estos frenaran repentinamente, a merced de las ordenen de la joven.

La ojiazul subió los escalones con tranquilidad, dejando atrás a los demás. Al llegar al lado de su padre sonrió victoriosamente, y volviendo sus ojos a la normalidad dejó de utilizar su manipulación mental hacia sus hermanos, haciendo que estos siguieran corriendo ignorando lo que les había sucedido.

- Excelente trabajo, Número Seis – le felicitó Sir Reginald, mirándola con orgullo.

- Los lazos que los unen los hacen más fuertes de lo que son solos. Los harán inmunes al dolor y a las dificultades que el mundo les presentará.

Antheia jugaba nerviosamente con sus manos. Su padre les había obligado a hacerse un tatuaje de un paraguas en su antebrazo. El emblema de la academia. Tenía miedo, podía ver como Número Tres no paraba de llorar desde que empezaron a hacerle el tatuaje y como Número Cuatro había soltado algún que otro quejido. Sintió como alguien había tomado de su mano y dirigió su vista hacia su mellizo, quien tomaba su mano confortablemente.

«Tengo miedo, Cinco» habló telepáticamente Antheia, mirándolo con terror.

«No te preocupes. Yo voy a estar a tu lado» le animó Número Cinco. Obligándose a ocultar su temor.

SORCERESS ║ KLAUS HARGREEVES ║Donde viven las historias. Descúbrelo ahora