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𝑀𝓊𝓉𝓊𝒶𝓁 𝓅𝒾𝓃𝒾𝓃𝑔
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A veces se quedan así —en silencio, respirando lento, como con miedo a que el amanecer los encuentre—, observándose perdidos en profundidades de océano olvidado y en baños de oro fundido. A veces se quedan así, encontrando su reflejo en los ojos del otro como si se viesen a si mismos por primera vez.
A Bokuto se le derrite el alma y le cosquillea el interior de las costillas cuando lo tiene delante, encarcelándolo en un paraíso de color zafiro con paredes de cristal. Akaashi tiene los ojos pequeños y rasgados y son un acuario infinito que choca con el sol derretido en los ojos de Koutaro, que le calientan el cuerpo y el espíritu a Keiji en una noche huérfana de invierno.
A veces son sólo ellos dos y otras lo son todo. A veces están enredados entre las sábanas y la piel como cadenas aterciopeladas que los acunan en sueño y otras se desvelan para ver amanecer desde la terraza. A veces son nosotros y otras son tú y yo. A veces ese amor y ese anhelo se les enreda en los labios y en la voz y sobran las palabras porque bastan los actos. Porque no hay mayor gozo que un sentimiento compartido y una carga dividida. Un deseo mutuo y un sé que no puedes más, pero estoy contigo.
A veces la presión —el miedo, la inseguridad, el futuro— puede más que ellos y todo parece derrumbarse desde dentro, porque son jóvenes; son jóvenes y tienen tanto por vivir, son jóvenes y aman, son jóvenes y sienten. Y a veces la juventud es lo más aterrador de todo. Impredecible, voluble, ondeante, juventud que se equivoca. Ellos no quieren equivocarse. No quieren equivocarse porque de los errores surgen los arrepentimientos y ellos no quieren lamentar el hacer que el camino y la vida y las ganas de seguir merezcan un poco más la pena.
A veces todo puede más que ellos —la juventud, el futuro, el miedo, el no logro entenderte—, pero casi siempre ellos deciden poder con todo. Después de todo el amor y el deseo, aunque cojeen y se tambaleen, saben mejor cuando es compartido; cuando es mutuo.
Cuando se miran a los ojos y saben que no pasa nada, estamos bien y les sorprende la salida del sol con el cansancio venciendo la batalla, los párpados pesando y el corazón tranquilo. No pasa nada, estamos bien, podemos con todo. Y acaban pensando que sí, que puede que se estén equivocando, pero que al fin y al cabo, ese es el gran derecho de la juventud ¹.
"Gracias por dejar que nos equivoquemos juntos."
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¹ ❝𝕃𝕒 𝕛𝕦𝕧𝕖𝕟𝕥𝕦𝕕 𝕟𝕖𝕔𝕖𝕤𝕚𝕥𝕒 𝕔𝕣𝕖𝕖𝕣𝕤𝕖 𝕤𝕦𝕡𝕖𝕣𝕚𝕠𝕣; 𝕔𝕝𝕒𝕣𝕠 𝕢𝕦𝕖 𝕤𝕖 𝕖𝕢𝕦𝕚𝕧𝕠𝕔𝕒, 𝕡𝕖𝕣𝕠 𝕖𝕤𝕥𝕖 𝕖𝕤 𝕖𝕝 𝕘𝕣𝕒𝕟 𝕕𝕖𝕣𝕖𝕔𝕙𝕠 𝕕𝕖 𝕝𝕒 𝕛𝕦𝕧𝕖𝕟𝕥𝕦𝕕❞. - Ortega y Gasset.
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BOKUAKA WEEK 2020 [COMPLETA]
Fanfic❝Los escondites del búho son silencios, la luna espera su turno, manantiales de estrellas ciegas, rendijas en la noche, deseos con piel marchita, duermen los árboles sueños derretidos, camina el olvido sin zapatos, quiero comerme todos los ríos, tod...