Capitulo 1

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Día uno: Mucho que pensar

Era esa época del año nuevamente, y Shino Sosaki más conocida como Mandalay, líder del encantador pero temerario grupo de "Pussycats" no para nada lista para darles la bienvenida a los problemáticos estudiantes de U.A. No era como si todos sus miembros fueran unos buscapleitos... a decir verdad, mayoría de los escolares eran muy respetuosos y de buenos valores...

...Excepto por una clase en específico...

"*sigh* Debería aumentar la tarifa cuando de ellos se trate..."-dijo irritada la pelinegra, sobándose su cabeza para intentar aliviar un poco su estrés.

La clase 1-A fue y siempre será, un reto para el grupo de Pussycats... Desde su primer campamento los estudiantes de dicha clase lo único que había hecho era traerles problemas al gatuno equipo. Y aunque la invasión de villanos haya sido controlada, el daño ya estaba hecho... el miedo y la impotencia de no haber sido capaces de salvar a una de sus ya retirados miembros... era doloroso.

-"Aunque..."-dijo en voz alta Mandalay, bajando su mirada para adentrarse aún más en sus recuerdos.

Bien del lado positivo... la clase no era para nada mala, fue gracias al talento y la valentía de ese grupo de jóvenes (contando a los del salón B) que la invasión de aquel día había sido contenida. Había un muchacho en específico que había captado la atención de la señorita esa noche...

-"Tia Shino!"-le llamo al mismo tiempo que entraba a su oficina Kota-"Ya están aquí!"-dijo con una sonrisa el pequeño.

-"*sigh* Puedes adelantarte, necesito terminar este papeleo"-le dijo con una sonrisa la pelinegra. Su sobrino le devolvió la sonrisa antes de desaparecer en dirección de los recién llegados.

Regresando a su trabajo, la muchacha se sorprendió al encontrarse en los archivos de los alumnos, el rostro del muchacho que últimamente no salía de su cabeza.

-"Midoriya... Izuku"-leyó su nombre la pelinegra, sosteniendo su ficha de información para ver con detenimiento al peliverde.

Esa noche de la invasión, el que peor la había pasado sin duda había sido Izuku... perdiendo a uno de sus amigos, terminando con una cicatriz de por vida en casi todo su brazo y otros miles de dolores que tuvo que haber pasado a tan temprana edad...

Y aun así... pensó la pelinegra, el muchacho había logrado vencer por si solo a un oponente tan poderoso como Muscular, vengando la muerte de los padres de su sobrino e impidiendo que este le haga daño alguno, convirtiéndose en su héroe. Sus hazañas no habrían terminado ahí, el chico también le había salvado la vida a ella también, destruyendo la enorme espada de Spinner justo en el momento indicado, evitando que este logre acabar con ella.

Levantándose de su silla, Shino ordeno un poco sus documentos para luego salir de su oficina... lista para recibir a su héroe.

En el mismo lugar en el que se empezó el viaje (montaña)

Sí que ha crecido... pensó Shino, viendo lo alto y apuesto que se había vuelto el peliverde. Escondida tras unas hojas encima de una rama, la pelinegra se quedó observando por un momento al grupo de estudiantes. Su atención estaba fijada en Izuku, observando como este parecía estar calentando y estirándose a la vez que hablaba con una sonrisa con Kota, probablemente pensando que este año también les harían hacer ese infernal recorrido por el bosque.

Otra cosa por la que Shino siempre estaría agradecida con el muchacho, sería la gran ayuda que el peliverde fue para mejorar su relación con su sobrino. De pasar a ser un irrespetuoso y amargado niño, a un dedicado y mucho más amable infante, la pelinegra ahora podía comunicarse con más familiaridad con Kota.

Una semana para enamorarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora