Capitulo 2

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Dia dos: Se tú mismo

Shino no se consideraba una persona impaciente, ella era héroe rescatista, un oficio que requería tener una paciencia de hierro por las largas horas de búsqueda. También trabajaba como encargada de los campamentos cuando los estudiantes de U.A iban a su terreno, y por último, cuando Kota aún era un niño arrogante y malhablado, fue la pelinegra la que tuvo que soportarlo por mucho tiempo...

Sin embargo, cuando alguien se metía con sus horas de sueño... la paciencia se podía ir muy al demonio.

-"Ugh..."-gruño molesta la heroína, cubriéndose sus oídos con su almohada-" ...es muy temprano para esto..."-se empezó a levantar de su cama.

El problema no era que el ruido fuera tan alto, ella siempre había tenido problemas para dormir cuando no había completo silencio. No había problema cuando sus vecinos de apartamento tenían una fiesta con el volumen alto, que le hicieran sangrar los oídos a la pelinegra (sin mencionar el pésimo gusto musical que tenían). Eran esos pequeños ruidos molestos los que la sacaban de quicio.

Sin siquiera ponerse un abrigo, la heroína se dirigió como zombi a las afueras del edificio en el que esta descansaba, el ruido se fue haciendo más claro a medida que la pelinegra más se acercaba a la salida. Sonaba a una combinación de aplausos y... respiros?

La pelinegra abrió sus ojos completamente cuando esta llego al frente de la puerta de entrada, suena familiar... pensó, sintiéndose curiosa, Shino abrió la puerta sin más. Las respiraciones cansadas y aplausos pertenecieron a alguien conocido de la muchacha.

- "Midoriya?" -le llamo por instinto la pelinegra. El peliverde le ignoro completamente, parecía que estuviera en otro mundo.

El peliverde estaba realizando todos los tipos de ejercicios de brazos que existían, en diamante, un brazo, palmadas, etc. La pelinegra no pudo evitar notar sentirse un poco intimidada y estupefacta ante lo mucho que su amigo pareciera estar esforzándose. Esta sudando como loco comento mentalmente, la poca luz que empezaba a iluminarle le hizo darse cuenta la cantidad de sudor en la que Izuku estaba empapado.

Después de algunos segundos de contemplar al muchacho, la pelinegra volvió en si con un leve sonrojo en su rostro, pasar mucho tiempo con Tiger le había dado un tipo de inmunidad al atractivo físico de los hombres, aunque había que darle crédito al peliverde, Shino había cedido por algunos segundos.

- "Midoriya!" -se puso enfrente del peliverde.

- "¿Q-que...?" -levanto su vista el peliverde, sin dejar de ejercitarse-"¿S-sosaki?"-hizo un semblante de asombro el peliverde.

- "Que estás haciendo aquí?" -pregunto recordando que fue por su culpa que esta se despertara-"*yawn* Es muy temprano..."-se tallo los ojos.

- "A-ah! Lo s-siento si la d-desperté Sosaki!" -detuvo su rutina para disculparse de rodillas- "No f-fue mi intención!" -culpabilidad en su voz. En verdad estaba enojada en esos momentos, la pelinegra estaba lista para mandarlo a su habitación de inmediato... pero...

- "Pensé en e-entrenar en un lugar a-alejado para no m-molestar a nadie..." -le explico- " ...no p-pensé que la m-molestaría..." -se disculpó el peliverde.

Era imposible enojarse con el peliverde, todo lo que él hacía siempre lo hacía pensando en los demás, estaba en su naturaleza, y Shino respetaba mucho el orden natural de las cosas.

- "*sigh* Esta bien, no es tu culpa el que tenga problemas con dormir" -le sonrió- "Si querías entrenar me hubieras pedido permiso para ir a las montañas, el día de ayer" -le informo. Izuku se sintió como un tonto al no haber tomado en cuenta la zona de entrenamiento a la que siempre iban todos los años, aunque nuevamente...

Una semana para enamorarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora