.17. Thestrals

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—¿Quién puede verlos?

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—¿Quién puede verlos?

La mayoría de sus compañeros de clase tenían expresiones llenas de nerviosismo y confusa expectación, y continuaban mirando a todas partes excepto al caballo parado cerca de ellos. Sólo había otras tres personas más que parecían ser capaces de verlos: un greñudo muchacho de Slytherin parado justo detrás de Goyle quien miraba al caballo comer con una expresión de disgusto en su cara, Neville, cuyos ojos seguían el movimiento de la larga cola negra y, por supuesto, Harry Potter. El caballo tenía una cabeza como de dragón, con el cuello y el cuerpo esquelético de un gran caballo, negro y alado.

¿Iba Azy a levantar su mano? Por supuesto que no. La razón por la que veía a las criaturas es porque, hasta ahora, había testeado su nuevo hechizo en siete muggles acusados de distintos crímenes. Claro está, aquellos siete experimentos habían fallado inexplicablemente y la rubia estaba desbordando mal humor. Consecuentemente, no deseaba a ningún fisgón preguntándole a quién había visto morir.

—Thestrals —explicó Hagrid—. Hogwarts tiene una manada entera aquí. Ahora, ¿quién sabe....?

—¡Pero si son de muy, muy mala suerte! —interrumpió Parvati, luciendo alarmada —. Se supone que traen toda clase de desventuras a las personas que los ven. La Profesora Trelawney me lo dijo una vez.

Pravati era la definición de credulidad.

—No, no, no —aclaró Hagrid riéndose—, eso es sólo superstición, eso es, no son de mala suerte, ¡son muy listos y útiles! Por supuesto, este grupo no tiene mucho trabajo, tan sólo jalar los carruajes de la escuela, a menos que Dumbledore haga un largo viaje y no quiera aparecerse..... y aquí hay otro par, miren....

Otros dos caballos salieron lentamente de entre los árboles, uno de ellos pasando muy cerca de Parvati, quien tembló y se acercó aún más al árbol, diciendo:

—¡Creo que sentí algo, creo que está cerca de mí!

—No se preocupen, no los lastimarán —los tranquilizó Hagrid pacientemente —. Bien, ¿ahora quién puede decirme por qué algunos de ustedes pueden verlos y otros no?

Hermione Granger levantó la mano.

—Adelante —dijo Hagrid, girando radiante hacia ella.

—Las únicas personas que pueden ver los Thestrals —explicó —son aquellas que han visto la muerte.

—Eso es exactamente correcto —aseveró Hagrid solemnemente —diez puntos para Gryffindor. Ahora, los Thestrals...

—Ehem

La profesora Umbridge había llegado a fastidiar, como hace usualmente. Pronto comenzó a interrogar a algunos alumnos, con la intención de recolectar suficiente información para un apropiado despido. Incluso le preguntó a Neville a quién había visto morir. La rubia se felicitó mentalmente por ocultar el hecho de que podía ver las criaturas.

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En pocas semanas arribó la navidad a Hogwarts, donde Azy había decidido quedarse para continuar con sus experimentos, ya que sería considerablemente más controlada en la Estación de Paso y con muchos más testigos de los que cuidarse.

Durante aquellas breves semanas de vacaciones, la rubia comenzó su propio trabajo de investigación basado en su mera existencia. Tras indagar profundamente en los registros de los estudiantes de Hogwarts, en periódicos, cualquier documento que pudiera hacer referencia a un mago de exagerado poder, no encontró absolutamente nada similar a lo que ella era. Comenzó a hacer mentalmente una lista de las posibles personas que podrían darle alguna respuesta. Jo y Emmie eran totalmente ignorantes, ni hablar de Riley y Mike. Por otro lado, Thokk parecía bastante bien informado y era su confidente. Pocos segundos después, una bombilla se prendió en la cabeza de la rubia. Dumbledore.

Aquel anciano parecía saber todo. Supo de sus escapadas con Thokk, supo que era una semidiosa, supo que hizo trampas en el torneo de los tres magos. Probablemente sabía qué estaba investigando en ese mismo momento. Consecuentemente recordó su castigo y los libros que le mandó a leer. Todos y cada uno trataba mitologías distintas ¿Acaso estaba tratando de darle alguna pista sobre algo? Las piezas del rompecabezas comenzaron a encajar. Al principio, Azy se mofaba del pobre intento de castigo, uno totalmente ridículo que no funcionaría como reprimenda bajo ningún contexto. Quizás estaba dándole muchas vueltas al asunto y, en realidad, Dumbledore era un anciano extraño, pero no perdía nada por investigar un poco.

—Demonios —Escuchó la rubia detrás suyo —¿Qué diablos intentas hacer ahora?

Thokk observaba observando el montón de libros de tamaño extra grande que estaban esparcidos en el suelo. Azy abrió su mochila apresuradamente.

—Nada —gruñó por lo bajo. Metió el brazo entero en la mochila y comenzó a sacar los libros que Dumbledore le había dado.

—¿De nuevo con esos libros? Son una completa pérdida de tiempo —Azy ignoró el comentario de Thokk y posó la palma de su mano en la tapa del libro de mitología Nórdica. Thokk bufó irritado —¿Qué haces ahora?

Sin contestar, pasaron unos pequeños segundos. Azy dejó el libro a un lado y prosiguió a hacer lo mismo con el de mitología egipcia.

—¡Oye, no me ignores! —se agachó un poco y bruscamente tomó a la rubia de la barbilla, girando su rostro hacia él, en un intento de llamar su atención. El rostro de la rubia mantuvo la expresión de aburrimiento, mientras que el del castaño denotaba frustración.

Azy dejó escapar un suspiro de cansancio y cerró los ojos rendida. Dejó el libro a un lado.

—Estaba buscando si en el libro se había escrito la palabra 'Chase', además de la tapa —Explicó calmadamente la rubia —Al parecer no mencionan a ningún Chase en ningún momento.

—¿Por qué querrías averiguar sobre un tal Chase?

Azy volteó a ver el libro en el suelo, pensando si había otro hechizo, que hubiera leído en el libro que le regaló Jo hace años, que le pudiera ayudar.

—Creo que Dumbledore tenía una razón para hacerme leer estos libros, él quiere que sepa algo y tengo el presentimiento de que ese algo está relacionado con el escritor quien, casualmente, usa seudónimos —Explica Azy, tomando entre sus dedos un pequeño mechón de su cabello, comenzando a jugar con él —. Sé que es el mismo escritor, no solo por el apellido, sino también porque se usa la misma técnica de escritura en todos los libros. Parece tener las respuestas de todo lo relacionado con las mitologías, revelando secretos que ni Jo debe saber ¿Sabías que hay dos campamentos en Estados Unidos? Uno con griegos, otro con Romanos que no saben siquiera de la existencia del otro ¿Debería ir a buscar respuestas allí?

La rubia se quejó sonoramente y dejó caer su cabeza hacia atrás, totalmente estresada. Por el rabillo del ojo pudo ver como el castaño tomaba asiento en el suelo, al lado suyo, descansando su cabeza en el tronco del árbol ¿Por qué el escritor usa un seudónimo? ¿Acaso se estaba ocultando de alguien?

—¿Qué piensas hacer, entonces? —pregunta el castaño cruzándose de brazos.

Hubo unos momentos de silencio, en los que Azy estuvo inmersa en sus pensamientos.

—Creo... —dudó la rubia —que le preguntaré a Dumbledore.

𝐋𝐮𝐫𝐜𝐡 ᴴᴾDonde viven las historias. Descúbrelo ahora