El fuego del cielo

Las bestias de río

Ginny, Jake, Will y Violet, estaban corriendo como locos, los fénix ya hacía tiempo que se habían ido y escucharon un ruido cerca del río Bormuck, un río largo y potente que arrastraba desde las piedras más pequeñas hasta los árboles más pesados, pero el río escondía más secretos, más bien monstruos, bestias, por eso corrían para matarlas, pero no fue fácil, esas bestias eran muy ágiles y tenían una reserva de ácido muy venenoso, Violet se rió, para ella el veneno era lo mejor, creían que necesitaban matarlas para apaziguar al río y tenían razón, eran las bestias quienes alteraban sus aguas. 

Decidieron matarlas hechando veneno al río, lo hicieron, y funcionó, pero las bestias para su sorpresa saltaron, eran como leones, pero rojos, con los ojos negros, y con colmillos enormes, Will les plantó cara y mató a dos con duros esfuerzos, no serbirían las dagas de Will para matarlas a todas, así que Jake y Ginny empezarona a lanzar ráfagas de agua y fuego respectivamente cosa que fucionó y mató a tres más, pero quedaba la peor, era mucho más grande que las otras, más feroz y más rápida, se les lanzó encima y intentó devorar a Violet, pero Ginny se lo impidió, en ese momento Will hizo lo increíble se lanzó a  las espaldas de la bestia y le calvó dos dagas, la bestia estaba muriendo y Will le desgarraba aún más, entonces fue cuando las dagas de Will cubiertas de sangre, empezaron a brillar, entonces salió una voz de ellas que decía que las dagas habían adquirido un poder con el que podrían arrebatarle la vida hasta a los enemigos que vayan fortalezidos con dos armaduras élficas. 

Will no podía crrerlo llevaba en sus manos las dagas más poderosas del mundo, era algo increíble. 

Estaban a punto de irse cuando el río empezó a enloquecerse, se alzó y les atacó con grandes olas, Jake consiguió controlarlo, pero no por mucho tiempo, intentó hablar con el río, pero no funcionó, fue cuando Violet se dió cuenta de que fue el veneno lo que había hecho enloquecer al río, preparó una cura para el veneno, la impregnó en el agua y el río se calmó. 

Ya no había peligro.