Tulipan [capítulo segundo]

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TULIPAN ROJO

De entre toda la gama de colores que es capaz de percibir el ojo humano, el rojo es el que más rápido suele llamar nuestra atención, al igual que a los pájaros. Si bien los tulipanes rojos tienen un significado muy parecido al de las rosas del mismo color, son más excepcionales, ya que a diferencia de los rosales, sus flores sólo duran unos días. Los tulipanes rojos simbolizan el amor eterno y perfecto más allá de la muerte, el fuego, la pasión.

—Así que también fuiste con ese viejo embustero.—Dijo Wei Wuxian, balanceando su pie al ras del agua.

—Joven amo... Lo siento.—Wen Ning se dejó caer de rodillas, golpeando el rostro contra la madera del puente.

—Wen Ning, han pasado casi doscientos años. Ya no importa. Vamos, levántate.-—Lo apuró, bostezando.

Incapaz de desobedecer a Wei Wuxian, Wen Ning se puso de pie. Se arrastró hasta su lado y se sentó junto a él con la cabeza baja.

Wen Ning.—Joven amo... Todo fue mi culpa.

Wei Wuxian escupió la pajilla de su boca. Una sonrisa triste cruzó su rostro.—No, incluso después de mi muerte fui yo quien decidió mi destino. Tal vez si no cuidaba de ustedes, terminaría cuidando de otro clan, ¿quién lo sabrá? Muerto el perro, muerta la rabia.

Wen Ning se encogió.—Joven amo, pero no estamos muertos.

—¿No? A veces se me olvida.—Dijo Wei Wuxian riendo.

Pero no, Wei Wuxian no podía olvidar. Su redención sólo era posible si cumplía su castigo, castigo que aprisionaba su alma entre los dos mundos. Sin recuerdos, sin familia, sus años en la tierra eran monótonos.

Sentados en el puente, ambos mensajeros vieron caer la tarde. Las personas a su alrededor iban y venían sin percatarse de su presencia. Ocasionalmente las personas prontas a morir sentían su presencia, pero lo único que podían hacer era huir momentáneamente.

Después de recuperar sus recuerdos, Wei Wuxian había vagado por las sectas. El mundo que conoció en el pasado, no era el mismo, pero de algún modo se sentía más parte del actual, donde nadie lo recordaba, sólo algunos contaban su historia llena de mentiras.

Casi al mismo tiempo, Wen Ning había recuperado sus recuerdos. Aunque se habían olvidado mutuamente cuando su castigo dio inicio, Wen Ning sólo se sentía en confianza cerca de Wei Wuxian, con ningún otro mensajero, por lo que incluso durante sus ciento noventa y nueve años como mensajeros de la muerte, habían estado juntos.

Wen Ning, quien no estaba cómodo con gente atravesándolo, se hizo a una orilla del puente.-Joven amo, nuestro tiempo en la tierra está por terminar, ¿qué hará ahora?

Wei Wuxian se recostó en el puente reposando la cabeza sobre sus manos unidas. Sin prestar atención a Wen Ning, se divertía cada que una doncella pasaba encima de él. Después de doscientos años la vestimenta de las sectas no había cambiado mucho, pero la ropa interior sí. En el momento, la ropa interior llegaba a las rodillas, Wei Wuxian calculaba que si permanecía en la tierra por algunos seiscientos años más, la ropa interior de las damas sería algo interesante de ver.

—¿Joven amo?—Llamó Wen Ning.

—Vamos, Wen Ning, recuéstate aquí a mi lado. Las damas de esta secta son muy atrevidas.—Dijo Wei Wuxian con un toque burlón en su mirada. Sabía que Wen Ning nunca haría ese tipo de cosas, pero su única entretenimiento cuando no tenían la tarea de recoger almas, era molestarlo.

Wen Ning.—Joven amo, ¿y si su hermana reencarnó en una de las damas a las que está espiando?

Wei Wuxian tragó saliva pensando en la posibilidad. Se levantó de golpe y sonrió.—Eso no es posible, Wen Ning. Si se tratara de Yanli, ella podría verme.

Karma [Wangxian]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora