Karma [Wangxian]

Rosa [Extra] 04.02.21

ROSA

Los rosales son plantas arbustivas, algunas trepadoras, con tallo generalmente espinoso que alcanzan de 2-5m de altura. Normalmente se asocian al amor de juventud y a la eterna lealtad. Las rosas blancas pueden simbolizar también un nuevo comienzo y un amor que dure para toda la vida. Pero no debemos olvidar que también es una flor con espinas, y estas pueden tener un fuerte significado. Como sabemos, nada en la vida es perfecto, incluso las relaciones más fuertes tienen sus fisuras. Ese podría ser uno de los significados de las espinas, que nos indican que la vida no es perfecta. Más allá de la belleza de cada ser humano, las espinas son el elemento que nos protege y nos hace fuertes.

Rachas de aire frío envolvían las hojas desprendidas. Gotas de lluvia salpicaban la tierra. El cielo gris se oscurecía y protestaba, irrumpiendo el acelerado ritmo de la ciudad.

Temblando, Wei Ying se encogió en el interior de su impermeable y usó su mano descubierta para desenvolver un bocadillo dulce. Mordió los bordes y lamió el relleno de pasta de semillas de loto.

El frío adormecía sus dedos, pero su estómago gruñía, pidiendo comida.

Sopló aire tibio sobre sus dedos y cuando acercó el pan a su boca, un extraño gato saltó a su regazo, maullando y restregándose contra su impermeable.

Wei Ying se empujó a si mismo, provocando que el gato encajara sus uñas en el impermeable para no caer. Protestando, mordió el pan y se quitó al gato, empujándolo.

El gato de pelaje esponjoso maulló molesto, cayendo sobre sus cuatro patas. Paró su cola y se acercó enseñando sus hileras de afilados dientes.

Wei Ying miró confundido al gato.—Tú, gato, ¿esa es tu manera de pedir comida?—Lo regañó Wei Ying, percatándose del escozor que las uñas le habían causado.

El gato lamió una de sus patas, ignorando a Wei Ying, quien ahora sostenía el pan con su mano.

Wei Ying bufó.—¿Al menos quieres?—Ofreció Wei Ying, cortando un trozo de su pan.

El gato lo observó fijamente con sus dorados ojos. Maulló y aprovechando la distracción de Wei Ying, le arrebató lo que quedaba del pastel. Saltó y emprendió la huida.

—¡Gato ladrón!—Gritó enfurecido Wei Ying, metiendo a su boca el pedazo que había ofrecido al gato. Guardó sus cosas en los bolsillos de su impermeable y corrió detrás del gato de pelaje blanco, que a velocidad inesperada se alejaba de él.

—¡Atrapen a ese gato! ¡Se robó mi almuerzo! ¡Atrápenlo!—Gritaba Wei Ying, respirando con dificultad. El aire de otoño helaba sus pulmones y hacía arder su nariz.

Las personas no le prestaban atención. La lluvia caía más fuerte y sólo les importaba cuidarse a si mismos. Y los que sí, ocultos bajo sus paraguas se burlaban de él.

Cansado de correr, Wei Ying fue reduciendo su velocidad, pero la suela de sus zapatos era lisa y el piso resbaloso. Perdió el control y con su trasero se fue deslizando hasta chocar contra un largo pilar de piernas.

—¡Lo siento!—Gritó Wei Ying, escupiendo el agua que había entrado a su boca. Con sus manos se apoyó, intentando levantarse, resbalando por segunda vez.

El desconocido se inclinó y lo tomó de la cintura, levantándolo sin esfuerzo.—¿Estás bien?

Wei Ying entrecerró los párpados, en un intento de que el agua dejara de caer en sus ojos.—Sí.—Respondió, tosiendo.

Al levantar la mirada, el agua dejó de caer.

—Lo siento por llegar tarde.—Dijo el hombre parado a su lado, quien para proteger a Wei Ying de la lluvia, había inclinado el paraguas hacia él.

—¿Eh?—Wei Ying lo miró confundido.

—Estabas pidiendo ayuda.—Aclaró, señalando el gato blanco que burlonamente brincaba alrededor del pan que había hurtado.

Wei Ying apartó un mechón húmedo de su cabello. La calidez de unos ojos dorados envolvía su corazón.

—¿Te gusta la lluvia?—Preguntó.

Wei Ying negó. Retrocedió y gotas de lluvia de adhirieron a sus pestañas, provocando un escozor en sus ojos.

El joven estiró su brazo, cubriendo a Wei Ying con el paraguas.—Te protegeré.—Prometió. La lluvia lo había alcanzado, arruinando su impecable imagen, pero eso parecía no importarle.

—Sí.—Wei Ying sonrió. Una solitaria lágrima cayó y se mezcló con el agua de lluvia.

A lo lejos, un gato blanco maulló y se perdió bajo el cielo gris.

Esta historia la comencé a escribir meses atrás. Nunca creí que tendría un final feliz, pero de algo estaba segura: Tendrían que terminar juntos, se lo prometieron.

Algunas vidas después, años más tarde... Lo estarían, porque el alma de Lan Wangji nunca se cansaría de buscarlo.

Y sí, tengo otra versión de este extra, pero ustedes, como yo, necesitamos esperanza y ese extra es la versión que no queremos leer.

¡Sean felices!

mwolf 🐺🌺