Karma [Wangxian]

Lirio [capítulo seis]

LIRIO AZUL

El lirio azul se caracteriza por ser una flor de frio, crece en tallos bastante altos y sus pétalos parecen estirarse hacia abajo. A éstos se les atribuye el significado de confianza, simbolizando el amor que dura para siempre o el amor que no se acaba. También es una flor que se pone en las tumbas. Un saludo de amor al más allá. Una indicativo de encontrarse en otra vida, o una promesa de seguir fiel a pesar de la partida de la pareja.

Wei Wuxian adoptó la posición de loto en el centro de la habitación. Frente a él, dos pergaminos arrugados yacían hechos bola.

Al desembarcar, un par de mensajeros de la muerte lo habían interceptado. Ellos, a diferencia de él, tenían una penitencia más alta, por lo que sus años en la tierra doblaban los de Wei Wuxian, pero incluso entre los mensajeros de la muerte existían categorías y el par que lo detenía eran de clase baja. Wei Wuxian lo sabía, ellos también, pero la arrogancia de Wei Wuxian los había hecho enfurecer por muchos años y habían tomado esa oportunidad como la única de sus vidas.

Sin perturbarse, Wei Wuxian bostezó falsamente echando sus manos hacia atrás de su espalda. La expresión de los mensajeros se agrió y eso causó en Wei Wuxian sus labios se curvaran en una sonrisa burlona.

—Wei Wuxian, el señor ha preparado para ti unas encomiendas que borrarán esa sonrisa tonta de tu cara.—Amenazó uno.

El segundo mensajero que se había mantenido en silencio dio unos pasos hacia Wei Wuxian riéndose con malicia, pero antes de alcanzar a Wei Wuxian, Lan Wangji se interpuso en el camino de ambos. Bichen resplandecía a la luz del sol y sólo necesitaba de una orden para clavarse en carne podrida. Los mensajeros, que no comprendían porqué razón Lan Wangji se había percatado de su presencia, retrocedieron. El mundo estaba rodeado de excepciones, pero ningún mensajero había conocido antes un cultivador capaz de reconocerlos.

Molestos y a la vez intimidados por Lan Wangji, la pareja de mensajeros no perdieron de vista la espada que los apuntaba deseosa de expurgar sus pecados. Sacaron de sus mangas dos pergaminos y a una prudente distancia se los arrojaron a Wei Wuxian. Lan Wangji, quien no se había movido, vigilaba cada movimiento que hacían.

Wei Wuxian conocía el contenido de los pergaminos y sabía que no podían ser nada bueno, pero extrañamente Lan Wangji lo hacía sentir seguro y capaz de afrontar su destino.

De cualquier forma el humor de Wei Wuxian se vio ensombrecido. Guardó los pergaminos y siguió adelante en busca de alguna posada. Cuando seleccionó una, Lan Wangji le pidió que esperara. Aún si Wei Wuxian tenía la capacidad de ser invisible para el resto, su sentido del honor lo impulsaba a pagar por dos habitaciones. El curioso dueño reconoció su aspecto y en su afán de no ofender a la secta se bebió las preguntas: ¿por qué dos habitaciones si eres sólo uno? ¿sonrisa del emperador? ¿dos vasos? ¿con quién te encontrarás?

Aunque al principio se habían separado en distintas habitaciones, Lan Wangji tocó a su puerta media hora después. En sus manos cargaba dos jarras de la sonrisa del emperador.

Wei Wuxian quería irse, pero había pasado tanto tiempo desde la última vez que había visto a Lan Wangji, que deseaba quedarse un poco más. La nueva encomienda era complicada, pero nada asustaba a Wei Wuxian y estaba confiado de completarla sin problemas. Lan Wangji pronto se cansaría de él y solo se iría. La visita al reino de las sombras podía esperar.

—Lan Zhan, bebe una copa conmigo.—Alentó Wei Wuxian rompiendo con la posición de loto y acercándose hasta donde Lan Wangji meditada.

Lan Wangji no respondió, tampoco lo miró.

Riéndose de su rechazo, Wei Wuxian sirvió licor en los dos vasos. Bebió del primero y cuando iba por el segundo, le fue arrebatado de sus manos. Para su sorpresa, Lan Wangji lo había tomado y bebido a una velocidad impresionante.