Serendipty: -you kow... - I know [YOONMIN]

Capítulo V

Me miro en el espejo, aún en bóxer, respiro profundamente y me tiro de espaldas a la cama. Veo el reloj, son las 8:00 am. Pienso en mi antiguo cuarto en casa de mis padres, mis amigos, mi hermana. Dios, cuánto extraño a mis padres. ¿Por qué me siento tan vacío?

Es normal que piense en muchas cosas a la vez. Pienso en él, aunque quiera olvidarlo no puedo, fue mi primer amor. Mis ojos se ponen cristalinos y mi mandíbula comienza a temblar.

-Basta Jimin, deja de torturarte – me digo a mí mismo.

Suelto un suspiro y secándome las lágrimas me levanto para dirigirme al baño. En lo que me baño, suena mi teléfono. Me seco las manos y tomo el celular. Es un correo de la secretaria del director de la Universidad Metropolitana de Artes de Daegu.

En el correo me dicen que mi cita se adelantó para las 9:00 am. Confirmo de recibido. Salgo casi corriendo del baño.

Me pongo mi traje negro hecho a la medida y mis zapatos del mismo color sin corbata. Tomo mi carpeta y salgo de casa.

La universidad está a media hora caminando de mi departamento, pero no quiero sudar así que en lo que camino tomo un taxi enfrente de la cafetería de la esquina.

-Sr. Park. Puede pasar. Asiento con la cabeza y me adentro a la oficina del director.

Abro la puerta de la cafetería en la que ya era habitual entrar. Mejor dicho, la única que conocía en la zona. Son las 12:40 pm y mi estómago muere de hambre.

-Hola- dije con una sonrisa.

SUGA

-Hola- escuche ésa voz dulce. Sabía quién era.

-Jimin! – susurré, alzando mi mirada.

-mmm! - paró su trompita. Parece que no sabe que escoger.

- ¿Te ayudo a elegir? – él asintió con una sonrisa.

-Chuletas de res a la plancha bañadas en jugo de mango, con ensalada y papas a la francesa. ¿Te parece?

-Me parece estupendo! - saboreó. Pero, ¿podría cambiar la ensalada por más papás? – dijo con un tono coqueto.

Sentí que se me abrió la boca de lo lindo que se veía al hacer eso, aclaré mi garganta. – S...si con gusto. – Respondí torpe.

Él se dio la vuelta, vestía un traje negro que combinaba con su cabello del mismo color que antes era rojo. Sus pantalones ajustados perfectamente a sus caderas y la manera en cómo se quitó el saco, permitiendo que se marcara su espalda tras la camisa blanca provocaron que mordiera mi labio inferior. Tragué saliva.

Me apené cuando el volteo a verme. Y yo me odié por quedarme viendo a un chico. ¿Qué coño pasa contigo Yoongi? – me dije.

Sacudí mi cabeza y me dirigí a darle el pedido a mi compañero.

-Jin, en vez de ensalada, el cliente quiere más papas.

-Ha?, pero eso es mucha harina, arruinará mi plato.

- ¡Puedes cambiarlo, por favor! – insistí.

- ¿Por... favor? – abrió los ojos.

Pasados unos minutos, Jin tocó la campana. Tomé la charola.

-Orden para Park Jimin. – él se levantó de su lugar, recogió su comida y se fue, no sin antes regalarme una cálida sonrisa.

Intenté concentrarme, pareciera que todos los demás comensales comían o tomaban su café rápido. Es la hora de descanso de muchos trabajadores, por lo que en éste momento del día es imposible no andar a las carreras, entre cobrar, servir bebidas y limpiar las mesas, mientras Jin cocina y lava los platos.

Todos menos él. Jimin parecía ir lento, disfrutando cada bocado. Cada vez que tomaba de su bebida, relamía sus labios. Que labios tan gruesos – Dije en mi mente. Cuando alguien se retiraba de las mesas de su alrededor, yo corría a limpiarlas, pero sin dejar de verlo. Limpiaba tanto las mesas que parecían espejos rechinando.

A lo lejos escuchaba un sonido. Era Jin tocando la campana repetidas veces porque ya había 3 órdenes para entregar. Cobré conciencia y me puse a trabajar.

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Jimin tiene la mente ocupada, nueva ciudad, nuevo empleo, nuevas personas y un pasado con una historia triste (de la cual se enterarán en próximos capítulos).

Por otra parte Min YoonGi simplemente no puede apartar la vista del pelinegro de labios carnosos.

Por si se lo preguntaban, sí. Jimin se cambió el color de su cabello. Ya saben cerrando ciclos.