Acampar

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Dentro de la casa de campaña dándole la espalda a Kacchan Izuku solo pudo pensar en lo ocurrido tan solo unas horas antes. Un beso, estaba seguro de que estaban a punto de besarse y no sabía si aquello lo emocionaba o lo asustaba, tampoco estaba seguro si el hecho de que Kacchan hubiera retrocedido lo decepcionaba o lo aliviaba.

Si era honesto consigo mismo no lo había pensado demasiado.

Fue un impulso del momento, ni siquiera estaba seguro de quién de los dos fue el que se acercó primero, o si fue cosa de ambos. El simple hecho de recibir la atención de Kacchan aun si era solo para liberarse de una luciérnaga que se había atorado en su cabello se sintió...

Bien.

Y luego, en el momento en que sintió que su mano se estaba alejando, no quiso dejarla ir. No pudo evitar tomarla y asegurarse de que se mantuviera cerca de él. Quería sentirlo, porque, por muy comun que fuera el acto poder tener su mano unida a la de Kacchan era algo muy importante para él: era un sinónimo del progreso entre su relación y la muestra de que después de años al negarse en recibir su ayuda ambos finalmente eran capaces de caminar juntos. Ya había tomado su mano, una vez antes y era una lástima que Kacchan hubiera perdido la memoria, pero eso quizá estaba bien, después de todo siempre existía la posibilidad de que Kacchan se molestara al saberlo.

Cerró los ojos tratando de dormir nuevamente pero su mente viajó de forma inmediata a la escena ocurrida anteriormente. Kacchan recogió su cabello y lo colocó con extrema delicadeza en su oreja, su mirada roja chocó contra él dejándolo sin aliento, aún después de lo que parecieron horas se negó a mirar a otro lado y cuando sintió que Kacchan se retiraba sostuvo su mano entre las suya para guiarla, la mano de Kacchan sobre su mejilla sé sintió áspera pero aún gentil y luego fue Izuku quien llevó su mano hasta Kacchan...

Entonces todo terminó. Izuku cubrió su rostro con las mantas ocultando la vergüenza que le causaban sus propios pensamientos. Estuvo a punto de besar a Kacchan, a solo un par de segundos de unir sus labios, todo había sido tan repentino y por ende nuevo, emocionante. Besar a Kacchan, repitió en su mente y la duda surgió.

¿Cómo sería besar a Kacchan?

Hasta un par de horas atrás era algo que nunca había considerado pero ahora lo ansiaba. Era ridículo lo que solo unos segundos mirándose a los ojos podían hacer.

¿Sería rudo? Todo en Kacchan siempre era potente, como un fuego abrasador luchando siempre por dominar y sobresalir, no sería sorprendente que fuera así en un un sentido romántico. O quizá sería más gentil, como el tipo de personas que actúan de forma hostil pero en realidad son extremadamente cariñosas con las personas que de quieren, el simple pensamiento de estar dentro de las personas queridas de Kacchan causó un burbujeo en su estómago. ¿Sus labios serían ásperos o suaves? ¿Será rápido o lento? Su imaginación comenzó a volar reproduciendo varios escenarios cada uno más emocionante que el anterior.

Siendo sincero tampoco tenía experiencia para tratar de imaginarlo, podía ser extraño pero tener el objetivo de ser héroe no daba mucho lugar para pensar en tener a una pareja romántica. Aún así, repentinamente, la idea de estar junto a Kacchan sonaba tentadora. Ambos eran héroes en entrenamiento, no tenía por qué preocuparse por él (no más que los riesgos habituales de la profesión), además siempre había querido estar junto a Kacchan, ser su igual, caminar a su lado, ¿no era esto una forma más de conseguir su objetivo? Incluso un poco más.

¿Todo eso quería decir que le gustaba Kacchan? Es decir era apuesto,  era imposible tratar de negarlo, pero él veía más en Kacchan que solo una buena apariencia, incluso más que un mal carácter: Kacchan era su ejemplo a seguir, su símbolo de la victoria, aquella persona que lo motivaba a dar lo mejor de sí y a la cual quería alcanzar. Entonces tal vez le gustaba, quizá esa admiración disfrazaba a algo más. Pero, más importante aún, ¿Kacchan tenía sentimientos por él? 

Sintió a Kacchan removiendose a sus espaldas y lanzó un suspiro, eso es algo que debía resolver más tarde.

Un nuevo movimiento tras de él y Kacchan jalando las cobijas lo obligó a acercarse un poco más a su amigo. Él porqué estaba durmiendo en la tienda de acampar de Kacchan, teniendo él la suya, era una historia aparte.

La primera noche fue por los truenos, Kacchan se había burlado de él por su anterior miedo a los truenos y si bien estaba orgulloso de haberlo superado debía admitir que una cosa era escuchar truenos bajo la protección de un techo sólido en su habitación, tomando café, envuelto en cobijas; y otra totalmente distinta era hacerlo en una casa de campaña con un techo delgado, con cobijas apenas suficientes para abrigarlo y con los relámpagos cayendo en los árboles que lo rodeaban.

Al principio creyó que podría soportarlo, pero después de un trueno que iluminó el cielo enero, otro que se sintió tan cerca que estaba seguro que había caído en el árbol a unos metros de él y un frío insoportable recorriendo su cuerpo se rindió. Salió a mitad de la tormenta para buscar a Kacchan y sonrió cuando este le dió permiso de quedarse con él, entonces sacó las cobijas y almohadas de su propia casa de campaña, porque era evidente que en una tormenta de ese calibre estás no eran suficientes para mantener el calor.

Dormir a un lado de Kacchan extrañamente lo tranquilizó, la tormenta fue igual de fuerte, los relámpagos igual de ruidosos pero de una forma inusual saber que alguien estaba junto a él lo hizo más soportable. Posiblemente era un acondicionamiento psicológico por aquellas pijamadas que tuvieron de niños en donde Kacchan hacía lo posible por que dejara de llorar cada vez que sonaba un trueno en alguna noche de tormenta; quizá solo era el estar acompañado de alguien más, saber que no estaba solo; tal vez era porque era Kacchan, solo estar con Kacchan implicaba que se sentía más valiente y motivado a demostrar que podía con todo.

Fuera la razón que fuera se sintió feliz de poder volver a confiar en Kachan lo suficiente para poder pedirle dormir en la misma tienda y, que este se lo permitiera, lo hacía feliz.

La mañana siguiente, cuando la lluvia de la noche anterior no era más que pasado, salieron para descubrir que sin el peso de alguien dentro de ella la tienda de Izuku había sido arrastrada por el viento y desgarrada en tiras al chocar contra las ramas de los árboles.

Izuku miró con nerviosismo a Kacchan quien tenía una mirada furiosa en su rostro, porque después de aquel suceso estaba implícito que tendrían que dormir juntos la siguiente noche aun si no había truenos o lluvia que los obligarán a hacerlo.

Izuku rió de solo recordarlo.

Había sido toda una travesía, no podía negar que caminar durante horas no era el mejor plan de vacaciones, incluso se sentía un poco (solo un poco) molesto con su compañeros por no volver por ellos, pero el tiempo que había estado con Kacchan incluso si apenas intercambiaban palabras había valido la pena.

Una vez estuvo seguro de que Kacchan estaba dormido giró su cuerpo para darse cuenta de que Kacchan había hecho lo mismo. Miró el rostro de su amigo de la infancia, estaba profundamente dormido no pudo evitar preguntarse qué estaba soñando.

Kacchan no había tardado ni un poco en caer dormido, estaba cansado, Izuku también lo estaba, pero al mismo tiempo una emoción recorría todo su cuerpo impidiéndole quedarse dormido. Contempló su rostro por un poco más de tiempo, sus pestañas rubias, los párpados cerrados cubriendo sus ojos rojos que momentos atrás lo habían mirado como si fueran lo más importante del mundo, aun estando dormido no parecía particularmente feliz, aunque su ceño fruncido había desaparecido.

La curiosidad y tentación lo obligaron a llevar una mano a su rostro y acarició su mejilla justo como lo había hecho momentos atrás, su piel era, para su sorpresa, suave. Fue después de mirarlo con una sonrisa en el rostro que notó, esta vez de verdad y sin dudas en su interior, que de verdad estaba enamorado.

Con ese pensamiento en su cabeza finalmente fue capaz de cerrar los ojos y se acercó aún más al calor corporal de Kacchan, si a la mañana siguiente él se molestaba podía atribuir su cercanía al movimiento de su cuerpo mientras dormía.

¿Qué sucedería con ellos al día siguiente? 

Había un mundo de posibilidades y aquello era aterrador y emocionante en partes iguales.

~•*★*•~

Bien, dado que ayer no pude terminar el capítulo del día dije a misma que no publicaría nada hasta que tuviera ambos capítulos para no atrasarme, así que en unos minutos subo el siguiente.

🌠Reb

Twin starsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora