Irma

4. Bendita tienda de Malasaña

Viernes, 17 de Mayo de 2030.

-Eva! Maitia! Qué ganas tenía de verte! -Saludó a su amiga cuando abrió la puerta.

-Mais, te he echado tanto de menos. Os echo tanto de menos cuando estoy en el norte y paso tanto tiempo sin veros- dijo abrazando a su amiga. -¿Qué tal todos?

-Muy bien. Los niños en el cole, y Bruno trabajando ¿no lo has visto? -Preguntó a su amiga ya que su marido era el portero del edificio y era muy probable que se lo hubiese encontrado por el camino.

-Sí, sí. Lo he visto ¿Quién te crees que me ha ayudado con la maleta y todo? -comentó a la del flequillo.

-Bruno, claro. Soy idiota. - dijo dándose con la mano en la cabeza.

-Pero no te pegues Mais, tu no eres tonta, eres más lista...

-...Que los reyes majos y los power rangers juntos, lo sé - completó a su amiga entre risas pasando dentro de su casa.

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-Eva, me voy a trabajar, he dejado comida en la nevera para ti y para Dani. - Comentó a su amiga- te diría que os viniéseis al cole y comíais conmigo pero te encontrarías a Gè seguro, y el muy bocas se lo contaría a Anne fijo. Nada, que no confían en él ninguno.

-Lo sé -rió - pero no tenías que haberte molestado. Podíamos haber comido fuera o haber pedido algo. Pensé que Bruno comía aquí. - Afirmó en modo de duda.

-Es lo normal sí, pero justo hoy le habían invitado a comer, y no podía faltar, y bla,bla,bla -terminó en tono burlón.

Eva se rió de su imitación y se despidió de su amiga. Cogería su comida. Mais era un amor.

Eva y Mai se hicieron amigas por Anne. Bueno, todos eran amigos de Eva por Anne.

Eva y Anne eran amigas de toda la vida, de Pamplona. Llevaban juntas desde los tres años, desde que empezaron en su colegio. Habían vivido numerosas cosas, unas mejores y otras peores, pero siempre juntas. Habían sido la muleta de la otra siempre y era algo que, a pesar de la distancia, no iba a cambiar.

Eva se fue a vivir a Galicia y Anne a Madrid, pero la distancia no acabaría con ellas, así que se visitaban siempre que podían.

Al poco de llegar Anne a este edificio, y empezar a conocer a sus ahora amigos, Eva ya estaba allí haciéndole una visita. Y claro, Anne no dudó en presentarles a la que para ella era la mejor persona del mundo. Total, que surgió la magia. Todos amigos. Si es que con Eva era imposible llevarse mal. Era tan buena niña...

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Rafa y Samantha estaban trabajando en el bar. El día estaba siendo un poco ajetreado. Era viernes, y los viernes siempre había más gente. Se sumaba a la gente asidua de todos los días, aquellos que ya estaban de fin de semana y lo celebraban tomándose unas cañas. En ese momento entró Anaju por la puerta, y a Rafa se le puso una sonrisa que no le cabía en la cara, lo que provocó la risa de Samantha. Ay el amor, que bonito es en los inicios eh.

-Hola bonito- Saludó a su chico.

-Hola preciosa- contestó saliendo de la barra dispuesto a darle un beso. -Estas guapísima.

-Eres más idiota- bromeó - quiero causarle buena impresión a tus amigos la verdad, no quiero caerles mal.- añadió con voz más asustada.

-Mira quien es la idiota! ¿cómo les vas a caer mal Ana Julieta? Si eres la persona más buena, más maja y más simpática que existe. Bueno y la más guapa también la verdad.